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El cambio de paradigma en los Seguros de Gastos Médicos

Los Seguros de Gastos Médicos privados en México tienen una penetración de aproximadamente 8%, lo cual es un número todavía bajo ya que se considera que el potencial de este tipo de productos pudiera llegar al 15%. Para lograr esto, será necesario que este tipo de coberturas se modernicen y se acoplen a las necesidades de las nuevas generaciones.

Hoy más que nunca se ha hecho evidente la importancia que los seguros tienen para la sociedad, especialmente si consideramos que en México, de acuerdo a la AMIS, la pandemia es ya el evento que ha causado más siniestralidad en la historia del sector asegurador, donde particularmente en el ramo de Gastos Médicos se han pagado aproximadamente 22,500 millones de pesos relativos al Covid-19, con una variabilidad inmensa entre los casos cubiertos que han ido desde unos cuantos cientos de pesos hasta el monto más alto de 52 millones de pesos.

Otro aspecto importante que se ha desnudado en los últimos meses, es el hecho del “aprovechamiento” que han tenido ciertas instituciones de salud privadas ante la situación de la pandemia, en la cual los costos para los tratamientos se encarecieron de manera importante, causando que las aseguradoras de este ramo que no tienen una adecuada gestión de gastos hospitalarios, sufrieron de pérdidas importantes, que posiblemente fueron transferidas al mercado reasegurador.

El paradigma

Si lo pudiéramos decir en una frase, el paradigma de los Seguros de Gastos Médicos es que estos deben proporcionar cuidados médicos para cubrir enfermedades. Si lo piensas, realmente incluso las tácticas para vender este tipo de coberturas van dirigidos a hacer ver los escenarios de enfermedad y costos relativos importantes asociados al tratamiento de esta, que pudieran afectar la solvencia y el patrimonio de una persona. Esto por supuesto tiene mucho sentido ya que incluso en el génesis de los seguros esta fue una de las principales premisas .

Sin embargo, particularmente para el tema de los Seguros de Gastos Médicos esto resulta algo problemático especialmente si consideramos la tendencia natural a la alza de los costos de los gastos médicos, lo cual con el paradigma actual lleva a la necesidad de aumentar las primas, comprometiendo la accesibilidad que pueden tener estos seguros. A continuación profundizamos un poco más en estos dos puntos.

Aumento en los costos

En el tema de los costos en los tratamientos y demás gastos hospitalarios, es natural que existan incrementos que hasta cierto puntos son inevitables y que son causados por alguna de las siguientes razones:

  1. Envejecimiento de la población
  2. Nuevas tecnologías y tratamientos disponibles
  3. Cambio climático
  4. Epidemias / Pandemias

Difícilmente se pueden tomar medidas desde el sector asegurador para tratar de mitigar los puntos anteriores, lo cual en muchos casos genera que las compañías de gastos médicos y salud simplemente aumenten las primas para tratar de equilibrar estos efectos, sin embargo, esto complica la accesibilidad a este tipo de coberturas, además de que convierte a dichas compañías en simples “pagadores”, siendo de esta manera ajenos a la salud de las personas. Entonces, ¿qué se puede hacer para tratar de gestionar de mejor manera los gastos?

Mecanismos de Control de Gastos

Como bien lo ha señalado el Actuario Eduardo Lara en algunas de sus publicaciones, podemos dividir la conformación de los seguros de salud en 3 grandes rubros que son los Beneficios, la Accesibilidad a proveedores y el Precio del seguro, de tal manera que únicamente dos de esa tres pueden variar, dejando la otra como pivote para que equilibre el sistema.

De esta manera, si se busca ofrecer un producto que tenga una amplia gama de beneficios en cuanto a las enfermedades y tratamientos que son cubiertos, un nivel alto de suma asegurada y  una participación del asegurado (deducibles y coaseguros) baja, así como una amplia red de proveedores a la cual pueden acceder los asegurados, entonces el precio de este seguro tendrá un costo alto.

Por otro lado si lo que se busca es que el precio sea bajo y además una accesibilidad amplia con una red abierta por ejemplo, entonces los beneficios tendrán que minimizarse, excluyendo enfermedades, limitando la suma asegurada y maximizando la participación del asegurado. En otro escenario, si lo que se busca es tener un precio no muy alto y un buen nivel de beneficios, entonces la red de proveedores será cerrada, de manera que los asegurados solo puedan recibir atención de proveedores muy específicos.

Por supuesto que lo anterior funciona en un punto cuando se están diseñando los productos, pero, ¿qué se puede hacer entonces cuando se tienen carteras un tanto maduras donde puede ser difícil hacer muchos cambios en cuanto a beneficios y accesibilidad? Además de aumentar las primas, algo que se puede hacer es tener una mejor gestión de costos hospitalarios, de tal manera que la compañía pueda involucrarse con sus proveedores y cersiorarse de que lo que se cobra está en línea con lo que indica el mercado, que los tratamientos que se dieron realmente estaban incluidos en el producto contratado y que no se le carguen a la aseguradora gastos que no deberían cubrir.

Desafortunadamente muchas compañías no tienen este tipo de gestiones o procesos en este sentido tan robustos, lo cual generó que en lo que llevamos de pandemia muchas aseguradoras sufrieran pérdidas, mientras que otras que sí tienen procesos más robustos no tuvieron grandes complicaciones en este ramo.

¿Y qué hay del bienestar?

Desde hace algunos años, algunas compañías de seguros en otros países han lanzado programas de bienestar como complemento a sus productos de gastos médicos, los cuales funcionan con un sistema de recompensas con apoyo de nuevas tecnologías y analítica de datos, donde a los asegurados obtienen beneficios de diferentes niveles siempre que demuestren que realizan actividades o tienen hábitos saludables, que pueden ser hacer ejercicio, hacer compras de víveres saludables, hacerse chequeos médicos periódicamente, entre otros.

Se ha demostrado que si bien estas coberturas por sí solas no generan grandes utilidades a las compañías, lo cierto es que sí generan una mejoría en la siniestralidad de las coberturas de Gastos Médicos, de tal manera que se cubre un triple propósito: cuidar la salud de los asegurados, cuidar la siniestralidad de los productos de gastos médicos y mantener un equilibrio en las primas de seguros.

Conclusión

Con todo lo anterior, podemos decir que algunos elementos que tienen las compañías de seguros que ofrecen productos de gastos médicos y salud para cuidar su rentabilidad sin tener la necesidad de caer en la espiral de aumento de primas y ofrecer soluciones a sus asegurados es tener una gestión de gastos hospitalarios robusta, diseñar adecuadamente la accesibilidad y nivel de beneficios que se ofrecerán y empezar a pensar en programas de bienestar que incentiven hábitos y conductas saludables.

 

6 cosas que debes saber como Actuario antes de salir al mundo laboral

¿Ser becario? ¿Hacer una maestría? ¿Qué tal un diplomado? ¿Empezar a trabajar? ¿En qué rama? ¿Sector público o privado? Las preguntas en el punto de tu vida cuando estás cerca de terminar tus estudios son muchas y no parece existir un camino perfecto que seguir. ¿Qué hacer entonces?

Si eres estudiante de Actuaría y te encuentras en los últimos semestres, o bien, te encuentras en la situación de que acabaste todas tus materias, seguramente estás en un momento en que atraviesas mucha incertidumbre ya que difícilmente sabes a que te quieres dedicar, incluso aunque creas que lo sepas, es muy probable que al final prefieras otra cosa. Para tratar de  aliviar esos momentos sinuosos, aquí te compartimos algunos puntos a tener en cuenta.

1. ¿Es buena idea hacer una maestría?

Pues como todo en esta vida, eso depende. Primeramente hay que considerar qué tan seguro te encuentras de estudiar x o y maestría, por lo que si es un tema que te apasiona y en el que tienes un interés genuino, no lo pienses más y ve por eso. Dicho de otra forma, si tu objetivo es estudiar la maestría per se y no lo que puedes obtener después en el campo laboral con esa maestría, entonces estúdiala.

Por otro lado, si tu idea de estudiar una maestría es para buscar enriquecer tu currículum y tener una mejor perspectiva laboral, entonces quizá no sea la mejor idea hacerlo, ya que cuando salgas al campo de trabajo notarás la triste realidad de que la experiencia laboral es más importante que este tipo de estudios de posgrado, por lo que te sentirás muy frustrado si ves a alguien de tu generación, con menos estudios que tú pero que tiene un mejor trabajo ya que en el tiempo que estuviste estudiando, esa persona estuvo trabajando y ganando valiosa experiencia. La recomendación entonces sería mejor estudiar un diplomado o un curso que acelere la obtención de conocimientos que te ayuden al salir al campo laboral. Ahora que si vas a estudiar la maestría en una de las universidades del Top 10 mundial, ignora todo lo anterior.

2. ¿Cómo abordar las primeras entrevistas de trabajo?

Después de mandar solicitud a varias compañías ofreciendo vacantes que has encontrado en línea, donde por cierto es muy probable que el giro de estas empresas y las áreas de dichas vacantes sea bastante variado, habrá algunas que se interesen en tu perfil y te pidan ir a una entrevista, para lo cual debes tener en cuenta algunas cuestiones:

  • Arréglate para la ocasión. Ya sabes, la primera impresión nunca se olvida, así que cerciórate que tu indumentaria, cabello y aliño en general sean impecables.
  • No exageres. Probablemente en este punto de tu carrera no hayas tenido ningún trabajo, o bien, tus trabajos hasta el momento hayan sido en puestos no tan altos, pero no te preocupes, esto es algo que tus entrevistadores tienen en cuenta y realmente no esperan que hayas tenido gente a tu cargo o que hayas estado al frente de proyectos de millones de dólares, lo que quieren es conocer a la persona, que les cuentes algunas cosas sobre ti y puedan ver si eres alguien responsable con quien podrán trabajar día con día, así que no inventes cosas que no pasaron.
  • Imagina que estás en una plática con tu mejor amigo(a) que no has visto en años. Piensa en esa amistad con quien llevas mucho tiempo sin hablar, pero que sigue siendo muy importante para ti; si te encontraras con esa persona, seguramente te haría muchas preguntas, a las que tú le contarías todo con mucha emoción y soltura. Pues piensa que quien te entrevista es justo ese amigo(a) importante. Esto facilitará muchísimo las cosas y te hará aligerar los nervios.

3. Tu primer trabajo no tiene que ser el último

Después de varias entrevistas (o quizá ninguna, si eres hijo de alguien importante en el mundo actuarial…) entrarás al que será tu primer empleo formal como un adulto responsable e independiente.  Ahí conocerás a mucha gente y aprenderás muchas cosas nuevas que seguramente no aprendiste en la escuela, pero que hubieras deseado haber aprendido.

Pasando algunas semanas y meses ya te será posible entender cómo son las cosas dentro de ese lugar de trabajo, no solamente en cuestión de las actividades que realizas y los temas que teóricos y prácticos que tienes que saber, sino también ya tendrás mucha información acerca del “ecosistema” laboral que va desde el ambiente que se maneja, el tipo de jefes que hay, los sueldos y prestaciones que hay en puestos más altos y, principalmente, qué tan fácil o difícil es subir o llegar lejos.

Seamos francos, a partir de este punto es muy probable que pongas en duda tu continuidad en este lugar de trabajo, ya sea porque no te gustan las actividades, o el ambiente o las condiciones laborales. Todo es válido y estás en todo tu derecho de buscar algo más, aún cuando hayas estado poco tiempo ahí, así que no te sientas mal si otros te dicen que no será bueno para tu carrera irte y que es un defecto de los millenials el cambiar de puesto cada pocos años. No los escuches, al final con el esquema actual de seguridad social vas a tener una pensión ridículamente baja, así que enfoca tus años de trabajo en estar en el mejor lugar posible, así sea por poco tiempo.

4. Mejora tus habilidades sociales y de comunicación

En la escuela seguramente eras muy bueno haciendo demostraciones de la teoría espectral sin una mano y sin ver, lo cual es digno de aplaudirse por sí solo, sin embargo, en el mundo laboral (y en la vida en general) necesitas también de otras habilidades para sobresalir que te den un plus y esto es que puedas desenvolverte de buena manera, llevarte bien con tus compañeros, trabajar adecuadamente en equipo, explicar a los demás lo que hiciste y por qué lo hiciste y en general tener la capacidad de hablar con camaradería con cualquiera de cualquier tema sin que te paralices o te tiemblen las rodillas o se te quiebre la voz.

No estamos diciendo que tienes que saberlo todo, sino que puedas hablar con soltura. ¿No sabes algo? Solo dilo y si es importante ofrece una solución al respecto. ¿No estás de acuerdo en algo? Comentalo con la persona en cuestión, con respeto y sin afán de buscar conflictos, sino de encontrar una solución. ¿Te piden presentar algo frente a personas de otros equipos u otros superiores? Controla tus nervios, recuerda que ellos también son personas y que en algún momento estuvieron donde tú estás.

Para este punto quizá sea bueno que tomes un curso de comunicación, oratoria y liderazgo.

5. Lo que los jefes quieren

Una buena manera de definir el trabajo es que es aquel lugar al que asistes diariamente (presencial o en línea) para llevar a cabo actividades que hagan que tu jefe tenga menos cosas de qué preocuparse y en la medida en que puedas desempeñarte de tal manera que poco a poco tus superiores dejen de preocuparse de las cuestiones que llevas a tu cargo es que podrás ir subiendo la escalera corporativa.

Así que nuestra recomendación es que siempre que hables con tu jefe vayas con soluciones, no con problemas. Imagínate si alguien que trabaja para ti te dice “Jefe, la macro que calcula la reserva está tardando mucho, ¿qué hago?” Seguro tu mente se inundará de pensamientos acerca de cómo resolver ese tema de la mejor manera y en tiempo y tendrás que iniciar una cadena de pensamiento a partir del problema existente.

Ahora bien, imagina que en lugar de eso, esa persona te dice lo siguiente: “Jefe, la macro que calcula la reserva está tardando mucho, así que me metí al código y le hice algunas modificaciones que hicieron el proceso más rápido, ¿crees que lo puedas revisar para estar seguros de que no hay errores?” Con esto, ya no partes del problema, sino que ya hay un camino recorrido y una posible solución, solo tienes que cerciorarte de que efectivamente se resolviera todo de manera correcta, lo cual es sumamente más fácil y te da más tiempo de pensar en otras cosas que si tuvieras que resolver el problema tú solo.

En pocas palabras, sé proactivo y enfocado en soluciones.

6. No sigas tus sueños, sigue tu plan

No solo en tu carrera profesional, sino en tu vida en general, es vital que tengas un plan, que sepas hacia dónde estás yendo y que aunque a veces te desvíes, puedas retomar el camino en cualquier momento. Algo que te puede ayudar es recordar la frase “Cuando no sabes hacia dónde navegas, ningún viento es favorable.

Ahora, esto también implica que exista una dosis de realismo, por eso es que no nos atrevimos a definir esto como un sueño, sino más bien como un plan. Algo que sepas y que estés convencido de que puedas lograr y que tengas claro lo que tienes que hacer y el tiempo que va a tomar. Nuevamente recalcamos que tienen que ser cosas asequibles, no pienses que con desearlo en un mes ya vas a ser el director.

Conclusión

Hay muchas cosas que nadie te dice o que son imposibles entender acerca de terminar la carrera hasta que no lo vives. Aquí repasamos algunos puntos los cuales simplemente van encaminados a que esta curva de aprendizaje no sea tan dura y puedas evitar frustraciones futuras.

 

 

Termina Ana María Ramiréz su periodo al frente del CONAC; Alejandro Turner la sucederá

Hace unos momentos se llevó a cabo la Asamblea General Ordinaria del Colegio Nacional de Actuarios donde en la orden del día destacó el informe de resultados de la presidencia de Ana María Ramírez, así como la presentación del plan de trabajo y posterior elección de la planilla encabezada por Alejandro Turner.

Como cada dos años, el día de hoy se llevó a cabo la Asamblea General del Colegio Nacional de Actuarios donde se designa al grupo de personas que conformarán el Consejo Directivo en un nuevo periodo bianual. En esta ocasión, dicho evento fue de manera híbrida, donde desde las instalaciones del CONAC se presentó a través de un webinar a los miembros con derecho a voto los resultados del periodo 2019-2021 del Consejo Directivo presidido por Ana María Ramírez, el plan de trabajo de la única planilla inscrita para las elecciones para el periodo 2021-2023, así como la posterior elección, entre otros temas. A continuación te contamos los puntos más importantes.

Resultados Periodo 2019-2021

Después de dar una breve bienvenida a los asistentes, así como establecer el quorum al momento del inicio de la Asamblea con el apoyo de los escrutadores, Ana María Ramírez hizo una detallada presentación de los puntos que marcaron su gestión como Presidenta del CONAC, donde tuvo como como miembros de su Consejo Directivo a Alejandro Turner como Vicepresidente, Elsa Gonzalez como Secretaria y Robert Hernández como Tesorero.

Dentro de los principales puntos destacados por la Actuaría Ramírez, destaca lo siguiente:

  • Se llevó a cabo el evento Casa CONAC de manera virtual, siendo este uno de los más exitosos.
  • Se retomó el proyecto de la Revista Actuarios Trabajando, la cual ha realizado diferentes publicaciones que agregan valor al gremio.
  • Se realizó la encuesta para definir el Día del Actuario de manera oficial, siendo el preferido por la comunidad actuarial el 13 de febrero
  • Se firmaron convenios con diferentes universidades para otorgar un año de membresía al CONAC a partir de que los estudiantes se titulen. Aún hay varias universidades que siguen revisando el convenio, pero se tiene la certeza de que se logrará este acuerdo con un gran porcentaje de las instituciones que ofrecen la carrera en el país.
  • Se realizaron varios webinars y pláticas, siendo la más destacada la impartida por el Dr. Arturo Erdely el 27 de abril, donde se tocó el tema de “El impacto del Covid-19 en el IBNR”, la cual tuvo una participación histórica por parte de los miembros del Colegio, siendo la que más asistencia ha registrado.
  • Se informó sobre los avances del sistema CONAC que hace más sencilla la operación y administración de la información de cursos y HEC de los miembros, entre otras cosas.
  • Se comentó la participación que tuvo el CONAC con la International Actuarial Association, destacando el llenado de un cuestionario sobre el syllabus de la oferta académica en México, el cual es el inicio de un proceso para refrendar los conocimientos actuariales de nuestro país de manera internacional.
  • Se comentó que debido a la contingencia sanitaria se tuvieron que suspender los exámenes de certificación, sin embargo, se trabaja en conjunto con la CNSF para resolver este tema de la mejor manera.
  • Se mostraron los resultados del crecimiento en seguidores de las redes sociales del Colegio, donde se destacó la creación de un Comité de Difusión encargado de potenciar la comunicación en medios digitales.

Informe financiero y de la junta de honor

Después de la presentación de la Actuaría Ana María Ramírez, tomaron la palabra los actuarios Robert Hernández y Eduardo Lara, quienes presentaron los resultados financieros del periodo 2019-2021, así como el resumen de actividades de la Junta de honor murante ese mismo periodo, respectivamente.

Plan de Trabajo 2021-2023

Lo siguiente en la orden del día fue la presentación del ambicioso plan de trabajo de la planilla liderada por Alejandro Turner, quien propuso dentro de su equipo de trabajo para el periodo 2021-2023 a la Act. Elsa Gonzalez como Vicepresidenta, Mauricio Arredondo como Secretario y Francisco Ruiz de la Peña como Tesorero.

Dicho plan de trabajo consta de 30 puntos y tiene como ejes conductores el cumplimiento de los fines y objetivos específicos del CONAC en primer lugar, así como “la innovación y el establecimiento de nuevas formas de trabajo que permitan no solo mantener al Colegio a la vanguardia, sino también contar con una dinámica flexible que posibilite reaccionar y tomar acciones inmediatas ante un entorno cambiante”.

A continuación presentamos los principales puntos de este plan de trabajo:

  • Plan de Acción 1: Análisis estratégico del CONAC
    • Redefinir los conceptor de Misión, Visión, Valores y Objetivos Estratégicos
  • Plan de Acción 2: Programa de Reconocimiento a miembros
    • Actuario distinguido
    • Premio Nacional de Actuaría. Categorías: startups, innovación, investigación, tesis
    • Reconocimientos especiales
  • Plan de Acción 3. Creación de la App del CONAC
  • Plan de Acción 4. Credencialización (digital) de miembros
  • Plan de Acción 5. Incremento de la membresía
    • Realización de un censo de los actuarios en México
    • Creación de nuevos comités y secciones como Insurtech, Fintech, Analytics, Ciencia de Datos, Emprendimiento, etc.
    • Programa de recién titulados
    • Entregar un kit de bienvenida a los nuevos miembros
  • Plan de Acción 6. Nuevos contenidos
  • Plan de Acción 13. Comunicación y difusión

En una publicación posterior estaremos publicando el plan de trabajo completo.

Elección

El siguiente punto de la Asamblea fue la elección, en la cual el 95% de los miembros presentes emitieron su voto a favor de la planilla presentada, 4% se abstuvieron y 1% votó en contra.

Conclusión

En general, es de reconocer la labor de la Actuaria Ana María Ramírez, quien a pesar de las múltiples dificultades generadas por la pandemia por Covid-19, pudo sacar adelante varios de los proyectos de su plan de trabajo. Por otro lado, el plan de trabajo presentado por el Actuario Alejandro Turner para el Consejo Directivo 2021-2023 es definitivamente bastante ambicioso y con visión al futuro, de donde nos gustaría destacar la creación de nuevos comités sobre campos de acción de la actuaría relativamente nuevos, el programa de reconocimiento a actuarios con la creación del Premio Nacional de Actuaría, entre otros, así como el fuerte impulso a la comunicación y difusión de la carrera. Desde El Manual del Actuario esperamos que este nuevo periodo de dos años sea suficiente para poder conseguir todos estos objetivos.

¿Es mejor hacer una maestría o certificaciones?

Si tus padres, algún familiar o un maestro nunca te dijeron que hoy en día la licenciatura ya no basta y que ahora para progresar necesitas hacer mínimo una maestría y de ahí planear un doctorado, entonces no eres millennial. Sin embargo, hoy trataremos de responder a la pregunta de si vale la pena hacer una maestría o es mejor hacer otro tipo de certificaciones.

En el campo de la Actuaría existen varias ofertas de maestrías, diplomados, cursos y certificaciones que se pueden hacer, las cuales se venden como una distinción importante a la carrera profesional de las personas por el aporte de conocimientos que implica tomar y aprobar cualquiera de ellos. Sin embargo, ¿valen la pena hacerlos? ¿En qué momento es mejor? ¿Qué puedo esperar de una maestría o una certificación?

¿Hacer una maestría?

El hacer una maestría con el fin de potenciar nuestra carrera profesional no es una simple creencia social que se pueda refutar, ya que hay estadísticas que confirman que los profesionales que cuentan con posgrados tienen en promedio mejores sueldos y condiciones laborales que aquellos que solo tienen la licenciatura.

Sin embargo, la decisión de hacer una maestría tiene que estar bien pensada, si la haces inmediatamente saliendo de la carrera te enfrentarás a una tremenda realidad en la cual los empleadores no le dan tanto valor a tus estudios de maestría como a la experiencia laboral a la hora de definir el salario al que serás acreedor —esto no aplica si haces tu maestría en una universidad que esté en el Top 10 mundial—.

Por otro lado, si la haces cuando ya llevas varios años de recorrido, lo más seguro es que esta no tenga un impacto tan fuerte en tu carrera y puede llegar a ser una carga de tiempo y dinero bastante pesada.

Con esto en mente, lo ideal sería poder hacer la maestría en un momento de tu carrera en que ya hayas definido el área a la que te vas a especializar, tengas ciertos años de experiencia y la maestría sea la llave que te pueda abrir puertas a puestos más altos y mejores para ti.

Tipos de Maestrías

Una vez que has definido que te encuentras en un buen momento de tu carrera en el que se maximiza el beneficio y se minimiza el costo de oportunidad de hacer una maestría toca definir el camino que quieres seguir con tus estudios, el cual puede ser de dos grandes tipos: especialista o generalista.

Especialista

Como bien mencionamos antes, en este punto de tu carrera ya debes estar establecido en alguna rama de la Actuaría, por lo que buscar especializarte en algo específico te puede ayudar a diferenciarte y por ende mejorar tus condiciones laborales, sin embargo, esto tiene una contra, ya que esto te puede encasillar y si el día de mañana quieres buscar alguna rama diferente u otras actividades, puede que te sea más complicado.

Generalista

A diferencia de las maestrías para especializarte, existen otras que te dan herramientas útiles para desempeñar labores  con una variedad más amplia de actividades. Las más común es la Maestría en Administración de Negocios o MBA, la cual busca capacitar a quienes la toman para tomar puestos de alta dirección, los cuales por supuesto tienen que saber un poco de cada una de las áreas y subáreas de la compañía para poder resolver problemas. La contra es que regularmente este tipo de maestrías son más caras, además de que si diluyes mucho el campo de acción de tus capacidades, puede que tu carrera profesional no termine de despegar.

¿Certificaciones?

Respecto a las certificaciones, aquí hay varias cosas a tomar en cuenta, primeramente sobre aquellas relativas a los exámenes de la SOA / CAS, ya hablamos a fondo sobre cómo ser miembro, cómo pasar los exámenes y de si vale la pena hacerlos en esta entrada.

Hablando de otras certificaciones, el Colegio Nacional de Actuarios ha adoptado un programa de certificación profesional para los actuarios que presten sus servicios en instituciones de seguros y fianzas en el país, con el fin de garantizar altos estándares de práctica actuarial. Cada una de estas certificaciones está más enfocada a distintas
subramas de los seguros y si tu plan de carrera está dentro de este campo será mejor que empieces a reunir los requisitos necesarios para obtener estas acreditaciones.

Es importante mencionar que estas certificaciones pueden encasillarte en áreas específicas dentro de las compañías de seguros y fianzas, con lo cual, si bien tendrás un puesto bueno asegurado, puede ser difícil que después subas de rango.

¿Diplomados, cursos?

Finalmente, otra de las opciones que existen es el estudiar un diplomado o curso, los cuales regularmente abordan temas muy puntuales y son excelentes opciones si quieres reducir la curva de aprendizaje de algo que podría tomar meses a simplemente semanas. De cualquier manera, si buscas algo que te impulse más a largo plazo, nada como la experiencia, las maestrías o las certificaciones.

Conclusión

En conclusión, el elegir hacer una maestría o tomar una certificación es algo que puede potenciar tu carrera, sin embargo, tienes que meditar muy bien el momento y el tipo de estudios que harás, ya que pudiera ser contraproducente si decides estudiar en un momento inadecuado o un tema que poco te ayude.

La Actuaría y la teoría de las 10 mil horas

Seguramente en algún punto de tus primeros años de experiencia laboral te toparás de frente con la frustración porque las cosas no salen bien, ya sea porque tu trabajo consiste en cosas que nunca habías hecho o porque simplemente no puedes comprender la famosa “big picture”. Esto es normal y el día de hoy te explicaremos algo que puede ayudar a enfocarte y sentirte mejor respecto a lo que buscas: la teoría de las 10 mil horas.

Ante la incertidumbre y frustración que existe en muchos actuarios que inician su vida laboral, el día de hoy vamos a platicarles de un concepto que les ayudará a entender cómo es el crecimiento profesional y qué esperar del camino que están por recorrer.

Los primeros años…

Los primeros años trabajando, en cualquier ámbito, siempre van a resultar complicados por el simple hecho de que la mayoría de las universidades no nos preparan para el mundo laboral. En el caso de la actuaría, esto es muy marcado por la misma naturaleza de la profesión, la cual se basa en aplicar modelos matemáticos a diferentes fenómenos con el fin de contrarrestar las implicaciones financieras de ciertos riesgos.

De esta manera, puede que en la universidad hayas aprendido la demostración de Black & Scholes sin usar el Teorema del Límite Central, pero aplicar eso en modelos en un software y tomar decisiones del mundo real basado en eso no es lo mismo. Por otro lado, puedes aprender de arriba a abajo lo que significa y cómo se diseña una tabla de mortalidad, pero para tomar la decisión de suscribir un negocio especial cuando el agente está presionando y tus números no te dan el precio que buscan, se requiere de otros conocimientos y habilidades.

Esto por supuesto solo se aprende estando en el campo de juego y viendo de cerca cómo se manejan las cosas, con el apoyo de los compañeros y jefes que llevan más tiempo en el negocio, pero con una prioridad en la práctica, la cual, debe ser en teoría de 10 mil horas.

La teoría de las 10 mil horas

¿Sabías que Picasso fue aceptado en la academia de artes a los 16 años de edad? Pues es verdad y no tienes que sentirte mal, no fue porque tuviera todo el talento del mundo desde que nació, fue porque pasó toda su juventud dibujando y estudiando arte muy arduamente, para cuando hizo los exámenes de admisión ya había realizado más de 10,000 dibujos y pinturas (según cuenta la leyenda).

Esta teoría, formulada por Anders Ericsson en 1990, dicta que las primeras 10,000 horas que dediques a algo, las cosas van a salir mal, incompletas o de calidad dudosa, pero son las 10,000 horas en que debes esforzarte más para aprender de tus errores y perfeccionarte, pasando esta barrera, en la hora 10,001 tu trabajo habrá cambiado por completo y será muy bueno, tanto así que no se parecerá en nada a lo que hacías al comenzar.

En otras palabras, ahora que empiezas en el mundo laboral todo te parecerá una marcha cuesta arriba y sentirás que no puedes más y quieres renunciar ante la presión, pero ten en mente que entre más te esfuerces en seguir adelante y mejorar a cada paso esa marcha se volverá más y más fácil.

El hecho de que conozcas algo tan a fondo después de practicarlo por todo este tiempo también te llenará de otro aspecto vital que es la confianza, en ti mismo y en lo que haces. Este tema por si solo también es muy importante, por lo que ahondaremos en él en otra publicación, pero por el momento solo considera que estas 10 mil horas también te brindarán eso.

¿Se puede agilizar?

Realmente no, la regla de las 10 mil horas es clara y difícilmente podrás llegar al punto cúspide antes de ese tiempo. De esta manera, tardarás de 5 a 10 años en volverte un experto en tu campo laboral, dependiendo de cuánto tiempo le dediques.

Ahora, esto no significa que tienes que estar esos 5 a 10 años en el mismo puesto, la mayoría de los lugares de trabajo tienen bien definidos los puestos que puedes ir subiendo de acuerdo a tu experiencia, aumentando responsabilidades y condiciones laborales de manera progresiva.

Por otro lado, algo que puede ralentizar u obstaculizar tu camino de las 10 mil horas es el hecho de que cambies continuamente tu campo laboral, por más mínimo que sea. Toma en cuenta que no dijimos cambiar de empresa, al final siempre es bueno buscar mejores condiciones en otros lugares, sino de campo, es decir, si hoy trabajas en seguros y el día de mañana te cambias a finanzas, pero después ya no te gusta y te cambias a ciencia de datos, en cada nuevo campo inicias nuevamente un camino de aprendizaje de 10 mil horas.

Como conclusión, no te desanimes si las cosas no te van bien, créeme que a todos nos pasa. Mejor enfócate en lo que haces y esfuérzate para que esas 10 mil horas te sirvan de provecho y así pasarán más ligeres. Piensa que durante todo ese tiempo trabajando como profesional te están pagando por aprender y volverte un experto de tu área.

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