Después de 6 horas de discusión en la Cámara de Diputados, y una votación sin discusión y por unanimidad en el Senado, el día de ayer se aprobó la reforma a las pensiones propuesta por el presidente Andrés Manuel López Obrador.

El día de ayer, 9 de diciembre, se llevó a cabo la votación respecto a las reformas a las leyes del IMSS y del Sistema del Ahorro para el Retiro, donde después de 6 horas de discusión y con 336 votos a favor, 124 en contra y tres abstenciones, el Pleno de la Cámara de Diputados aprobó las reformas a las leyes del IMSS y del Sistema del Ahorro para el Retiro. Antes, en lo general, el dictamen se avaló con 341 votos a favor, 13 en contra y seis abstenciones.

Posteriormente, el documento se turnó al Senado para su discusión y votación. Sin embargo, no hubo ninguna discusión y se aprobó todo como había sido aprobado por la Cámara de Diputados, que a su vez no hicieron ninguna propuesta de modificación o reserva a lo que previamente había enviado el presidente.

Estos son los principales puntos que se reforman:

  • Incremento gradual de las aportaciones de los patrones de 5.1 al 13.7 por ciento
  • Disminución de las semanas de cotización de mil 250 semanas a mil en forma gradual
  • Disminución en el cobro de las comisiones de las Afores; deberán estar dentro de los estándares internacionales

Con esto se espera, entre otras cosas, que las pensiones aumenten un 40% y que se fomente que muchas personas que actualmente pertenecen a la economía informal, decidan cambiarse a la formalidad.

Las fallas de la reforma de pensiones

En el Manual del Actuario, ya se habían señalado todas las áreas de oportunidad que tenía esta propuesta en la entrevista con el Act. Carlos Contreras, siendo las más importantes las siguientes:

  • Incremento de 40% en las pensiones, en caso de llegar a ser real, sigue siendo insuficiente.
  • Falta a la Declaración Universal de Derechos Humanos al no contemplar un esquema de aseguramiento.
  • Añade presión fiscal al gobierno en el corto plazo.
  • Fomenta el outsourcing y los dobles contratos.
  • No hay un estímulo real para que los informales pasen a la formalidad.
  • No hay un estudio actuarial conocido que respalde esta reforma.

Comunidad actuarial no fue tomada en cuenta

Respecto al último punto de la lista anterior, es verdad que realmente no hay un estudio que sustente los cambios y modificaciones hechos por esta reforma desde el punto de vista actuarial.

Más aún, si bien desde El Manual del Actuario se habló desde el primer día de las áreas de oportunidad y maneras de corregirlas, desde las instituciones actuariales más importantes no hubo una postura firme sobre lo que tendría que haberse discutido alrededor de esta reforma y que concierne a nuestro gremio.

Esto se ve reflejado en que la discusión en la Cámara de Diputados se centró en el tope de las comisiones de las Afores, mientras que en el Senado ni siquiera hubo discusión.

El problema principal es que, una vez más, con tristeza nos damos cuenta que los actuarios no somos tomados en cuenta para la toma de decisiones de importancia en la vida pública del país, aún cuando somos los expertos más calificados en ciertos temas, como el de las pensiones.

¿Llegará el día en que podamos unirnos como gremio y participar de forma firme y con autoridad en este tipo de discusiones? La actuaría es por supuesto una profesión honorable, sin embargo, le estamos quedando a deber a la sociedad y a las generaciones futuras al decidir voltear para otro lado o hablar en voz bajita en temas en los que deberíamos ser los encargados principales. Como bien dicen por ahí, «la omisión del bien no es menos reprensible que la comisión del mal».

Día triste para la Actuaría.

Fuente: El Universal

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