El día de hoy platicamos con el Actuario Carlos Contreras Cruz, académico de la Facultad de Ciencias de la UNAM, quien lleva más de 17 años impartiendo clases en esta institución. Además de esto, Carlos es un experto en materia de Seguridad Social y ha participado en el análisis y discusión de reformas de este tema en al menos una decena de países.
Después del anuncio del día de ayer 22 de julio, sobre la propuesta de Reforma a las Pensiones, la cual fue presentada por el Secretario de Hacienda Arturo Herrera y avalada por el presidente Andrés Manuel López Obrador, nos dimos a la tarea de contactar al Actuario Carlos Contreras, quien es experto en este rubro de gran importancia actuarial como lo son las pensiones, para que nos amplíe el panorama de las implicaciones que esta iniciativa tiene y si, desde un punto de vista técnico, es adecuado que sea aprobada por el poder legislativo.
¿Cuáles son tus primeras impresiones sobre la propuesta de Reforma a las Pensiones presentada el día de ayer?
En enero de 2019 se presentó una iniciativa que también surgió en una conferencia matutina del presidente y lo que buscaba era mantener el sistema de cuentas individuales de ahorro para el retiro, a través de algunas reformas relacionadas con la ley que regula las Afores: su régimen de inversión, el cambio de Siefores a fondos de inversión, etc. Afortunadamente dicha iniciativa se detuvo, me parece que fue en el Senado de la República.
Después lo que comentó varias veces el presidente es que iba a hacer una reforma con el consenso de todos los sectores participantes, pero hoy lo que presentan es un refrito de esa iniciativa del 2019 que se había frenado, y lo que hace este refrito es mantener otra vez el sistema de cuentas individuales, hacer algunos ajustes que me parece fueron hechos sobre las rodillas, puesto que algunos ya se habían comentado y en general por todo lo que se tenía de antecedentes, desde mi punto de vista no había como tal una propuesta de reforma, sino simplemente lineamientos para una discusión.
El hecho de que hoy, de manera intempestiva, se presente ya una iniciativa de reforma, me hace creer que por ahí alguien se movió más rápido de lo que se pudieron haber movido otras personas, otras entidades y otras organizaciones, con el fin de retomar esa iniciativa del 2019 y agregarle unos tintes que pareciera que hacen mejor el sistema, pero en la práctica no es así. Va a seguir siendo un sistema deficiente, pero esperemos que cuando esta propuesta sea enviada al poder legislativo, ambas cámaras hagan un verdadero trabajo de discusión y de escuchar a más sectores de la sociedad.
Aparentemente, nos dicen que ayer se presentaron representantes de los trabajadores y de los empleadores. Sí es verdad que hay líderes de dos agrupaciones, como el Consejo Coordinador Empresarial y la Confederación de Trabajadores de México, pero a mí en lo personal me hizo recordar al más antiguo y aguerrido corporativismo de otras épocas, en las que si el líder de una confederación o de una agrupación decía: “estamos de acuerdo”, automáticamente se asumía que todos los del sector, ya sea que estuvieran agremiados o no a dicha agrupación, estaban de acuerdo. Entonces el hecho de que hoy nos digan que hay apoyo de los trabajadores y de los empleadores porque había dos representantes de los sectores, considero que es algo muy cuestionable.
Habrá que ver los detalles de la iniciativa que llegue a las cámaras, porque hoy solamente se presentó un conjunto de diapositivas y hay algunos pronunciamientos, como de la AMAFORE o del CCE, pero como tal, creo que la mayoría de los que estamos interesados en el tema, no conocemos todo el texto de la iniciativa, sin embargo cuando lo tengamos, ya habrá más elementos para analizar cada detalle de esta reforma
En la conferencia señalaron que con esta propuesta se espera que las pensiones aumenten un 40%, ¿es esto suficiente?
No. Mira, de entrada realmente es cuestionable si ese 40% se va a alcanzar o no, a mí me interesa conocer el texto de la iniciativa, ya que inclusive las diapositivas que presentaron el día de ayer tienen errores e inconsistencias, entonces es necesario leer todo el documento de la iniciativa para poder ver más elementos.
Pero vamos a suponer que las pensiones sí se incrementarán en un 40% con esta iniciativa de reforma, entonces, si usamos datos promedio, como también los utilizó el Secretario de Hacienda, y consideramos que desde 2016 la OCDE dijo que la tasa de reemplazo promedio es del 26% en el sistema de cuentas individuales, al agregarle ese 40%, llegamos a aproximadamente 36.5% de tasa de reemplazo.
Este 36.5% está todavía por debajo del 40% de tasa de reemplazo, que podríamos decir que es poco, pero es lo mínimo que se debiera ofrecer por varias razones, una de ellas, y creo que es la más fuerte y en la que deberíamos enfocarnos, es que México tiene, desde mediados del siglo pasado, ratificado el Convenio 102 de la OIT, donde se indica que la tasa de reemplazo debería de ser precisamente de 40% del último salario de la persona trabajadora.
Entonces, aunque incrementemos esta tasa de reemplazo en un 40%, el resultado sigue estando por debajo del mínimo que establece el Convenio 102 de la OIT. De hecho, si no me equivoco, casi todos los años México es denunciado en la OIT, precisamente porque el sistema de pensiones que presenta no alcanza ese mínimo de 40%. Y si hablamos de las revisiones del Convenio 102, que son los Convenios 128 y 130, estaríamos inclusive todavía más abajo, ya que uno de esos convenios llevó la tasa de reemplazo de las pensiones por vejez al 60%.
En definitiva, yo creo que no van a subir las pensiones un 40%, pero si subieran, seguiríamos todavía por debajo de lo que debiéramos ofrecerle a las personas trabajadoras, lo cual además, implica faltar a un compromiso de México.
¿Qué opinas de que esta propuesta de reforma continúe considerando un modelo de contribución definida?
Tú le llamas de contribución definida, pero el nombre correcto es otro, por una sencilla razón: el anterior modelo que se decía que era de beneficio definido, también tenía establecida la contribución, la cual se volvía insuficiente por distintas razones, pero estaba definida.
Entonces en este caso yo más bien veo un sistema de ahorro individual forzoso y, como bien lo sabes tú y todo el público de El Manual del Actuario, para atender un riesgo lo tienes que hacer de manera integral, por lo menos con ahorro, con prevención, pero sobre todo, y eso es lo que debiera importarnos a todos los que ejercemos la profesión actuarial, con esquemas de aseguramiento.
En un esquema de aseguramiento tú debes de tener los beneficios definidos y la contribución definida. Al beneficio muchas veces le llamamos suma asegurada y a la contribución comúnmente le llamamos la prima. Entonces, el hecho de que solo sepamos cuánto vamos a ahorrar y nos digan que si después no llegamos a cierto nivel nos ofrecen un mínimo, no significa que tenemos un beneficio definido y por consiguiente, no hay un esquema de aseguramiento.
Por lo tanto, el ahorro individual forzoso es un sistema incompleto, ya que si nosotros ahorráramos el 15%, que es lo que está proponiendo esta reforma, y tuviéramos un salario de 15 salarios mínimos, durante 15 años no vamos si quiera a juntar el dinero para obtener la pensión mínima garantizada, es más, apenas y lo lograríamos si se cotizaran 1250 semanas como se requiere en la actualidad.
Entonces, vamos a caer en una situación común en la que el gobierno se verá obligado a dar un dinero adicional para cada persona, con el objetivo de que puedan acceder a la pensión mínima garantizada, la cual ahora puede llegar a ser de hasta 4 salarios mínimos, sin embargo, a la persona que gana 15 salarios mínimos, la dejas con una tasa de reemplazo de 26%. Es decir, no le moviste nada a lo que, según la OCDE, pasaba en el sistema de cuentas individuales antes de esta iniciativa. Solamente se maquillan los resultados para que se vean de otro color y al final obtienes el mismo resultado que ya se había previsto.
Y si lo vemos por el lado jurídico, más allá de lo técnico actuarial, el artículo 25 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos dice que las personas tienen derecho a un seguro por vejez, nunca habla de un derecho a un sistema de ahorro, sino que habla de un seguro. Con esto en mente, se deberían establecer los beneficios que se van a dar, las condiciones para poder acceder a dicho beneficio, pero también muy importante cuánto se tiene que aportar.
Ahora nos dicen que vamos a aportar el 15%, pero siguen sin darnos certeza de la cantidad de pensión a la que podríamos acceder.
Incluso sería mejor que ese porcentaje adicional que dicen que ahora va a aportar el empleador, lo cual no necesariamente será así, podría utilizarlo para pedirle a mi empleador que establezca un plan de pensiones en la empresa y vamos a garantizar un cierto nivel que complemente la pensión del seguro social y sería algo más benéfico para las personas trabajadoras, que estarle echando dinero a una cajita de la que no sabes realmente cuánto vas a poder obtener al final de tu vida laboral.
¿Qué consecuencias crees que haya por el aumento en las aportaciones del empleador que propone esta iniciativa?
De entrada es un espejismo. Si la iniciativa dirá lo mismo que la presentación del Secretario de Hacienda, entonces es falso que el empleador vaya a asumir esa cantidad que se mencionó, ya que en la diapositiva donde se presentó esa columna que llega hasta el 15%, hay un asterisco, el cual se explica en una nota al pie y dice que cuando la persona trabajadora tenga un salario de 1 SMG, quien va a poner el faltante para llegar al 15% es el gobierno.
Esto implica que el empleador solamente va a asumir ese incremento de aportación para los salarios más altos. Las consecuencias de esto sí van a ser importantes ya que, si actualmente existen subdeclaraciones o figuras como el outsourcing, esto en el fondo lo va a promover más.
Una de las cuestiones que se establecían en la propuesta de reforma de la Conferencia Interamericana de Seguridad Social (CISS), por ejemplo, era modificar los artículos que mencionaban cómo se conformaba el salario base de cotización para retirar algunos elementos que hoy en día los empleadores utilizan, no sé si con dolo o por desconocimiento, para declarar salarios de cotización más bajos, como por ejemplo el “pago anticipo utilidades”.
Todas estas cosas si no cambian, así como la regulación del outsourcing, lo que va a generar esta propuesta de reforma presentada ayer es que los empleadores se las van a ingeniar para decir que solo tienen trabajadores de hasta 4 SMG y que el faltante para llegar al 15% lo pague el gobierno.
¿La propuesta de la CISS que mencionaste hace un momento, contemplaba la eliminación de la figura de las Afores y que todo fuera administrado por una entidad pública?
No. La propuesta de la CISS, es resultado de ver mejores prácticas, experiencias internacionales y recomendaciones de otros organismos expertos en el tema.
Dentro de estas recomendaciones hay que destacar dos: una de la OIT y otra del Banco Mundial, que hablan de sistemas multi-pilares, donde no se deja toda la responsabilidad para obtener una pensión al ahorro individual, o a las transferencias gubernamentales, o a un esquema de aseguramiento.
Lo que propone la CISS a México, en primer término, es la ayuda universal mínima para todas las personas a partir de cierta edad, la cual hoy en día ya se da y está en la constitución, pero hay que subir su monto, considerando la recomendación 202 de la OIT, en la cual se establece que se debe garantizar un ingreso mínimo en cada etapa de la vida y obviamente se considera que las personas de la 3ra edad tienen ciertas necesidades que cubrir y no todos acceden a una pensión por estar en un seguro social. Entonces la primera recomendación es tener un piso un poquito más alto para todas las personas mayores, incluso desde los 65 años, no desde los 68 como está ahora en la constitución.
Después hay un segundo pilar, el cual se basa en que hay que cumplir con el convenio 102 de la OIT (Norma mínima de seguridad social) y con la Declaración Universal de los Derechos Humanos (Art. 25: derecho al seguro en caso de vejez), que plantea para México un esquema de aseguramiento, donde estén definidas las aportaciones tripartitas, es decir, del gobierno, de los empleadores y de los trabajadores, para acceder a beneficios ya establecidos, que no sean solamente mínimos, sino que pueden tener variaciones dependiendo del tiempo cotizado y la edad alcanzada y que se otorgan tras el cumplimiento de ciertas condiciones de adquisición.
Para este segundo, la CISS le propone a México que se cree y se administre de manera pública en una entidad que se denominaría Administradora Nacional de Pensiones, que sería algo equivalente a la Tesorería de la Seguridad Social que hay en España, la cual es una entidad independiente que maneja el dinero.
Esto ayudaría a evitar las tentaciones de que una institución de seguridad social, ya sea IMSS o ISSSTE u otra análoga, pueda utilizar ese dinero de manera inadecuada como históricamente ha pasado, no solamente en México, sino en otros países donde se han utilizado los recursos para construir infraestructura hospitalaria, colonias obreras, incluso en algún país, cuyo nombre no mencionaremos, se compró un equipo de futbol.
Después la CISS le propone a México que no desaparezca la figura de la Afore, sino que se quede como un complemento a los dos primeros pilares (piso protección social y aseguramiento administrado por una entidad pública), formando un tercer pilar de ahorro individual en donde puedan participar todos los que estén interesados. Si las 10 Afores que hay hoy en día están interesadas en seguir participando, que se autorice su continuidad. Si alguna más quisiera entrar, que también se autorice, cumpliendo siempre con las reglas respectivas, y que así haya más opciones para las personas trabajadoras. Si alguna Afore se quiere salir, que se establezcan también reglas para que los fondos de las personas aseguradas pasen a otra entidad.
En resumen, respondiendo a tu pregunta, como tal la CISS no le propone a México crear una entidad pública que administre los recursos de todos los trabajadores, sino que ésta administre únicamente los pilares 1 y 2 y que para el pilar 3 (complementario) sigan participando todos los administradores públicos y privados que quieran.
Con esta estructura las personas trabajadoras pueden acceder a mejores beneficios y todavía se pueden complementar más con los planes de previsión social que son los planes de pensiones que establecen los empleadores para sus trabajadores.
Entonces la figura de la Afore no tendría que estar fuera de la ecuación de un sistema de pensiones más completo en México…
No, de hecho la participación de los privados también es reconocida por la OIT, pero ésta indica que no es recomendable dejar al ahorro individual de administración privada como la única opción, y que su participación debe estar bien regulada y supervisada por parte de una entidad que incluso pueda sancionarles.
La propuesta de la CISS, justamente conjuga esta parte pública y privada en diferentes momentos, con diferentes responsabilidades, teniendo quizá un entramado más complejo que lo que se propuso ayer en la mañana, pero esta complejidad lo que va a hacer es que en el largo plazo se pueda unificar el sistema de pensiones en todo el país, teniendo varios elementos que ayuden a que las personas al final de su vida laboral puedan tener un beneficio, por lo menos suficiente para vivir, pero que se pueda ir incrementando si la persona fue trabajadora formal, si ahorró voluntariamente y si además tiene un plan de pensiones por parte de su empleador.
En el caso de estos planeas establecidos por los empleadores, permítaseme decir que para los patrones bajó mucho el interés por mantenerlos, ya que en el sexenio pasado se redujo casi a la mitad la deducibilidad fiscal. La propuesta de la CISS tiene como un cuarto elemento, o un cuarto pilar, a los fondos previsionales, y se propone a México que la deducibilidad fiscal otra vez sea del 100% como incentivo para que los empleadores puedan ofrecer este beneficio adicional a sus trabajadores.
Con todo esto, ya tienes la suma de 4 elementos que realmente permiten que la persona trabajadora se vaya los últimos años de su vida con los recursos suficientes para satisfacer sus necesidades, y no solamente el mínimo, el cual solo te da para necesidades básicas, pero en el momento que necesites un poquito más por algún imprevisto no va a ser posible atenderlo con solamente el mínimo.
¿Qué consecuencias crees que haya en el mediano o largo plazo en caso de que se apruebe la propuesta de reforma presentada ayer? ¿Crees que haría falta una reforma fiscal que la acompañe?
La reforma fiscal es importante para cualquier reforma del sistema de pensiones, sobre todo porque hoy en día todas las propuestas se basan en que tengamos por lo menos un piso básico para la etapa de la vejez, entonces una reforma fiscal debiera en un mundo ideal marchar a la par de una reforma en materia de seguridad social.
Sin embargo, como una reforma fiscal abarca muchos otros sectores, la CISS le propone a México que primero avance en una reforma en materia de pensiones y que no tarde mucho en empezar a analizar una reforma fiscal, porque si no en el largo plazo pudiera enfrentarse a una insuficiencia de recursos para cumplir con sus obligaciones de la pensión básica universal.
Por otro lado, tanto la Ley del Seguro Social como la Ley del ISSTE tienen un componente que se denomina cuota social, el cual es independiente de la aportación gubernamental que se hace para los casos de pensión de vejez y cesantía. Cuando esta cuota social apareció por primera vez en los años 90, se decía que era para buscar que el gobierno hiciera una redistribución de recursos en beneficio de las personas, pero las personas que cotizan al IMSS son poquitas en comparación con todo el universo de personas que va a llegar a la vejez y que necesita recibir una pensión. Entonces la CISS, además de proponer que en el mediano plazo (10 o 12 años) se lleve a cabo una reforma fiscal que en el largo plazo no genere problemas financieros, indica que si realmente se quiere hacer una redistribución de recursos, ésta no se enfoque únicamente en los 20 millones de trabajadores del IMSS y los 3 millones del ISSSTE, sino que se canalice la cuota social al pilar número 1 (pensión básica).
Además, en muchos países del mundo existen etiquetas de los recursos fiscales, donde se sabe que si me están quitando ciertos puntos de impuesto al consumo, a la renta o en otros rubros, yo ya sé que están etiquetados para que vayan específicamente a ofrecer asistencia médica o una pensión para la tercera edad o un subsidio en caso de desempleo. Por consiguiente, la reforma propuesta por la CISS recomienda no solamente cobrar más y mejores impuestos, sino que se etiqueten aquellos que sean para cubrir una responsabilidad constitucional para que, sin importar el gobierno en turno, éste tenga recursos para pagar esa pensión mínima a adultos mayores.
La propuesta presentada ayer en la mañana por el secretario de Hacienda no contempla lo anterior y a mi parecer, a reserva de leer la iniciativa completa y hacer más números al respecto, dicha propuesta genera mayor presión fiscal al gobierno, primero porque la pensión mínima garantizada ahora ya se podría obtener con 15 años de aportaciones. Si antes con 25 años de cotización no alcanzabas a reunir dinero suficiente para comprarte una pensión, con 15 años menos, aún cuando se suba la cuota de aportación al 15%, entonces el gobierno va a tener que poner más dinero para las pensiones mínimas garantizadas.
Por otro lado, el promedio de cotización ante el IMSS está entre 3 y 4 salarios mínimos, es decir, que hay muchísima gente que aunque en la realidad gane más dinero, en la práctica está registrada con salarios más bajos, entonces ahora el gobierno va a tener que pagar más cuotas y aportaciones para todas esas personas, más las que se vayan registrando con bajos salarios.
Probablemente esta presión fiscal para el gobierno no se presente en el mediano, ni en el largo plazo, sino en el corto, ya que de acuerdo con lo que se declaró el día de ayer en la conferencia matutina, cuando entre en vigor la reforma presentada, supongamos el 2021, en ese mismo año ya va a haber personas que tengan 750 semanas de cotización, una miseria de ahorro en su Afore y a las que ya tengan que darles subsidio para poder alcanzar la pensión mínima garantizada prometida.
Entonces si no hay una reforma fiscal, sin importar si se sigue con la propuesta presentada ayer en la mañana o la que la CISS le hizo a México, o en alguna otra que pudiera haber, esto no va a ser sostenible y el gobierno no va a tener de dónde obtener dinero.
Parte de la motivación de bajar las semanas de cotización mínimas de 1,250 a 750 es la de incentivar la incorporación de gente que está en el sector informal al sector formal, ¿esto realmente tendrá resultado?
Ese es un supuesto económico basado en la teoría del consumidor racional. Yo respeto mucho a los economistas, pero siempre he dicho que el consumidor racional es irracional. Esa idea de que todo mundo prefiere más que menos y lo prefiere hoy y no después, no ocurre.
Cuando se implementó el sistema de ahorro individual, se decía que se iba a incrementar la cobertura, es decir, que más gente iba a cotizar. Una de las razones de esto era porque la gente desconfiaba del gobierno porque “es malo para administrar y es malo para manejar las pensiones” y cuando la gente viera que la iniciativa privada sí iba a hacer una buena administración de sus recursos, que iba a poder identificarlos con estados de cuenta, y que nadie iba a “meterle mano” a sus recursos, entonces todo mundo diría que quería participar en ese sistema, volviéndose formal para poder cotizar y pagando impuestos. Evidentemente eso no pasó.
Entonces el hecho de que hoy en día nos digan que ahora sí se va a incrementar la cobertura porque ya son más flexibles las condiciones, me parece que se sigue basando en una opción que la gente podría considerar pero que no por la que necesariamente va a optar. Aquí también se choca con la misma teoría del consumidor racional ya que si la gente prefiere más que menos, pero lo prefiere hoy y no mañana, entonces va a seguir prefiriendo tener más recursos para gastarlos hoy, que disminuir sus recursos actuales para meterlos en una cuenta individual y que en el futuro, dentro de 20 o 30 años, el gobierno en turno le diga que le va a dar una pensión mínima garantizada del nivel que corresponda para esa fecha.
Si los actuarios a veces utilizamos supuestos fuertes, los economistas utilizan supuestos todavía más fuertes, pero que en la práctica son demasiado débiles porque se basan en variables que no son parametrizables. Tú no puedes parametrizar el comportamiento de la gente, si así fuera, probablemente ya hubiéramos salido de la pandemia hoy en día, porque la gente ya hubiera dicho “sí, vamos a guardarnos el día de hoy para que mañana podamos salir a pasear” y lo que estamos viendo, sin contar a la gente que debe salir a trabajar, es lo contrario.
Realmente estos supuestos que intentan parametrizar el comportamiento de la gente, no tienen ningún sustento, con esta propuesta la gente no se va a sentir motivada ni incentivada a hacer una aportación que le va a restar hoy en día su salario para recibir una pensión pequeñita, cuando además ya sabemos que constitucionalmente existe el piso de protección social que es para todos, hayan sido formales o no.
¿Podrías decirnos tus conclusiones sobre este tema?
Primeramente, muchas gracias a El Manual del Actuario que me permite expresarme justamente cuando vino una inesperada propuesta de reforma que a mi parecer, e insisto, es una propuesta hecha sobre las rodillas por razones que no voy a explicar con detalle, pero que se presenta a mi parecer, tratando de adelantarse a cualquier otra posible propuesta, justo en el momento en que más sectores de la población, como los trabajadores, el sector académico y organismos internacionales, ya se pronunciaban sobre alternativas y propuestas para someterlas a discusión.
El hecho de que ahora venga de la nada una propuesta trabajada por la Secretaría de Hacienda me parece un verdadero madruguete para tratar de contener otra posible propuesta de reforma.
Yo hablé hace un momento, por ejemplo, de la propuesta que la CISS como organismo internacional, técnico y especializado le hace a México, pero también están la propuesta de la Asociación Mexicana de Actuarios Consultores, la propuesta del Banco Interamericano de Desarrollo o la propuesta del Aspen Institute Mexico, que si bien ésta última se basa en el estudio que hizo la OCDE en 2016, a final de cuentas es una propuesta alterna.
También varios sectores de trabajadores ya hablaban de una propuesta, que no es la que se presentó ayer, sin embargo, como va a pasar al poder legislativo, yo esperaría que éste realmente genere una discusión y un debate.
No creo que vayan a llamar a un periodo extraordinario para sacar esta reforma, entonces entraría en un periodo ordinario, el cual empezaría el 1ro de septiembre con el informe del Presidente de la República.
Por consiguiente, por lo menos tenemos del 23 de julio al 31 de agosto para que haya un verdadero diálogo social, donde se escuchen voces de expertos que digan si consideran que hay que seguir por este camino o si debemos seguir otro.
Con todo respeto para quienes estuvieron el día de ayer en la presentación de la propuesta, los empleadores y los trabajadores obviamente sí deben de participar, pero ellos no son los expertos en materia de seguridad social, sobre todo porque ellos lo ven desde una perspectiva financiera, económica y muy vinculada al trabajo, sin embargo, el tema de las pensiones tiene forzosamente también un componente no relacionado con el derecho del trabajo y las relaciones laborales formales. Los trabajadores estaban aparentemente también representados, pero también hay un grupo importante de trabajadores que quisieran que se acabaran las Afores y ayer en la mañana les dijeron que no y que incluso éstas van a recibir todavía más recursos.
Insisto: ¡Ojalá el poder legislativo abra un debate amplio y extenso! en el cual se puedan escuchar todas las voces y no lo digo porque se quiera estar en contra del gobierno, sino porque realmente lo que se presentó ayer fue la reforma que ya se había planteado en 2019, solo la maquillaron y le cambiaron el color.
Si la echan a andar, van a pasar 15 años y se van a dar cuenta que no funcionó, como ahora se están dando cuenta que tras 23 años que empezó el primer sistema de cuentas individuales, tampoco funcionó.
Esperemos que no sea la última palabra, a pesar de que sea el presidente quien presenta esta iniciativa, que todavía haya opción a rectificar y que sea una reforma verdaderamente integral, que no se quede corta a modificar únicamente unas cositas en el seguro social.
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