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Nearshoring: Una Oportunidad de Oro para la Actuaría en México

En los últimos años, el término «nearshoring» ha ganado un protagonismo significativo en el mundo de los negocios y la economía global, el cual se refiere a la práctica de trasladar operaciones o procesos empresariales a países cercanos, en lugar de optar por ubicaciones más lejanas como Asia. Este fenómeno ha cobrado fuerza especialmente en el contexto de la relación entre México y Estados Unidos, dos países con lazos económicos profundamente entrelazados. Con la creciente necesidad de optimizar costos y mejorar la eficiencia, muchas empresas estadounidenses están encontrando en México un aliado estratégico para sus operaciones, y la industria actuarial no es una excepción.

Nearshoring y su Impacto en la Actuaría

La industria actuarial, caracterizada por su alto nivel de especialización y demanda de talento, ha sido una de las áreas que más ha experimentado el impacto del nearshoring. La transferencia de operaciones actuariales a México no solo está relacionada con la reducción de costos, sino también con la accesibilidad a una mano de obra altamente calificada y la mejora en la calidad del servicio.

Por ejemplo, sabemos que en los últimos tiempos algunas de las más grandes firmas consultoras del mundo ya han empezado a mover parte de su fuerza laboral actuarial que atiende el mercado estadounidense hacia México, estableciendo centros de excelencia que no solo se encargan de tareas administrativas, sino que también realizan análisis complejos, desarrollo de modelos actuariales y consultoría de riesgos, aprovechando la alta calidad de la educación actuarial en el país y los beneficios económicos del nearshoring, lo cual les ha permitido no solo reducir costos operativos, sino también mejorar la eficiencia y calidad de sus servicios gracias al acceso a un amplio grupo de profesionales altamente capacitados.

Beneficios para las Compañías

De esta manera, podemos observar que el nearshoring permite a las compañías actuariales estadounidenses beneficiarse de varias ventajas y es que la proximidad geográfica de México reduce los problemas relacionados con la diferencia horaria, facilitando la comunicación y la colaboración en tiempo real, además, la similitud cultural y el uso compartido del idioma inglés, el cual es común que los actuarios en México dominen, facilitan la integración de equipos binacionales de alto desempeño.

Otro aspecto relevante es el marco regulatorio y normativo en México, que es robusto y compatible con los estándares internacionales, lo cual garantiza que las operaciones actuariales llevadas a cabo en México estén alineadas con lo que se busca para el mercado estadounidense y aunque actualmente un actuario en México no puede firmar oficialmente un documento actuarial que requiera certificación según las normas americanas, está capacitado para realizar análisis complejos y desarrollar los modelos necesarios. Esto abre la puerta para que las autoridades gremiales de ambos países busquen un acuerdo que facilite la certificación de actuarios mexicanos en Estados Unidos en el futuro.

Beneficios para los Actuarios Mexicanos

No obstante, para los actuarios mexicanos el nearshoring ha abierto un mundo de posibilidades ya que ahora tienen la oportunidad de trabajar para empresas internacionales sin tener que salir del país, lo que les permite acceder a mejores salarios, beneficios laborales y oportunidades de desarrollo profesional. Así mismo, el poder trabajar en proyectos internacionales y con equipos diversos enriquece la experiencia profesional y les abre puertas para futuras oportunidades laborales tanto en México como en el extranjero.

Por otro lado, el nearshoring también ha impulsado el desarrollo del talento local y es que desde hace algún tiempo universidades y centros de formación en México están alineando sus planes de estdio con las demandas del mercado internacional, asegurando que los graduados en Actuaría tengan las habilidades y conocimientos necesarios para competir a nivel global.

Oportunidades Futuras para los Actuarios Mexicanos

Sin duda el panorama que se abre para los actuarios mexicanos en los próximos años es sumamente prometedor, ya que el nearshoring no solo representa una oportunidad para que las empresas reduzcan costos, sino que también fomenta la transferencia de conocimiento y la colaboración entre países. Los actuarios mexicanos tienen ante sí la posibilidad de integrarse en equipos globales, adquirir experiencia en mercados más desarrollados y acceder a capacitación y certificaciones internacionales que enriquezcan su perfil profesional.

Sin embargo, para maximizar estas oportunidades, es crucial que el Colegio Nacional de Actuarios de México (CONAC) fortalezca sus lazos con la Society of Actuaries (SOA) y la American Academy of Actuaries (AAA), buscando una sinergia que podría facilitar el reconocimiento mutuo de credenciales y certificaciones, abriendo aún más las puertas para los actuarios mexicanos en el mercado laboral estadounidense. La colaboración entre ambas organizaciones también podría traducirse en programas conjuntos de formación y desarrollo profesional, seminarios y conferencias que enriquezcan el acervo de conocimiento de la comunidad actuarial en ambos países.

Conclusión

El nearshoring es más que una tendencia pasajera; es una estrategia que está transformando la forma en que las empresas operan y colaboran a nivel internacional. En particular para la industria actuarial en México, representa una oportunidad única para crecer, aprender y contribuir de manera significativa a la economía global. Con el respaldo de instituciones como el CONAC, la AAA y la SOA, los actuarios mexicanos están en una posición privilegiada para aprovechar al máximo las ventajas del nearshoring, convirtiéndose en piezas clave en el engranaje de las operaciones actuariales de las grandes firmas estadounidenses.

A medida que continuamos avanzando en esta era de globalización y colaboración internacional, es esencial que sigamos fortaleciendo los lazos y construyendo puentes que permitan a nuestros profesionales alcanzar su máximo potencial. El nearshoring no solo es una oportunidad económica, sino también una puerta abierta al futuro de la profesión actuarial en México.

¿Es mejor hacer una maestría o certificaciones?

Si tus padres, algún familiar o un maestro nunca te dijeron que hoy en día la licenciatura ya no basta y que ahora para progresar necesitas hacer mínimo una maestría y de ahí planear un doctorado, entonces no eres millennial. Sin embargo, hoy trataremos de responder a la pregunta de si vale la pena hacer una maestría o es mejor hacer otro tipo de certificaciones.

En el campo de la Actuaría existen varias ofertas de maestrías, diplomados, cursos y certificaciones que se pueden hacer, las cuales se venden como una distinción importante a la carrera profesional de las personas por el aporte de conocimientos que implica tomar y aprobar cualquiera de ellos. Sin embargo, ¿valen la pena hacerlos? ¿En qué momento es mejor? ¿Qué puedo esperar de una maestría o una certificación?

¿Hacer una maestría?

El hacer una maestría con el fin de potenciar nuestra carrera profesional no es una simple creencia social que se pueda refutar, ya que hay estadísticas que confirman que los profesionales que cuentan con posgrados tienen en promedio mejores sueldos y condiciones laborales que aquellos que solo tienen la licenciatura.

Sin embargo, la decisión de hacer una maestría tiene que estar bien pensada, si la haces inmediatamente saliendo de la carrera te enfrentarás a una tremenda realidad en la cual los empleadores no le dan tanto valor a tus estudios de maestría como a la experiencia laboral a la hora de definir el salario al que serás acreedor —esto no aplica si haces tu maestría en una universidad que esté en el Top 10 mundial—.

Por otro lado, si la haces cuando ya llevas varios años de recorrido, lo más seguro es que esta no tenga un impacto tan fuerte en tu carrera y puede llegar a ser una carga de tiempo y dinero bastante pesada.

Con esto en mente, lo ideal sería poder hacer la maestría en un momento de tu carrera en que ya hayas definido el área a la que te vas a especializar, tengas ciertos años de experiencia y la maestría sea la llave que te pueda abrir puertas a puestos más altos y mejores para ti.

Tipos de Maestrías

Una vez que has definido que te encuentras en un buen momento de tu carrera en el que se maximiza el beneficio y se minimiza el costo de oportunidad de hacer una maestría toca definir el camino que quieres seguir con tus estudios, el cual puede ser de dos grandes tipos: especialista o generalista.

Especialista

Como bien mencionamos antes, en este punto de tu carrera ya debes estar establecido en alguna rama de la Actuaría, por lo que buscar especializarte en algo específico te puede ayudar a diferenciarte y por ende mejorar tus condiciones laborales, sin embargo, esto tiene una contra, ya que esto te puede encasillar y si el día de mañana quieres buscar alguna rama diferente u otras actividades, puede que te sea más complicado.

Generalista

A diferencia de las maestrías para especializarte, existen otras que te dan herramientas útiles para desempeñar labores  con una variedad más amplia de actividades. Las más común es la Maestría en Administración de Negocios o MBA, la cual busca capacitar a quienes la toman para tomar puestos de alta dirección, los cuales por supuesto tienen que saber un poco de cada una de las áreas y subáreas de la compañía para poder resolver problemas. La contra es que regularmente este tipo de maestrías son más caras, además de que si diluyes mucho el campo de acción de tus capacidades, puede que tu carrera profesional no termine de despegar.

¿Certificaciones?

Respecto a las certificaciones, aquí hay varias cosas a tomar en cuenta, primeramente sobre aquellas relativas a los exámenes de la SOA / CAS, ya hablamos a fondo sobre cómo ser miembro, cómo pasar los exámenes y de si vale la pena hacerlos en esta entrada.

Hablando de otras certificaciones, el Colegio Nacional de Actuarios ha adoptado un programa de certificación profesional para los actuarios que presten sus servicios en instituciones de seguros y fianzas en el país, con el fin de garantizar altos estándares de práctica actuarial. Cada una de estas certificaciones está más enfocada a distintas
subramas de los seguros y si tu plan de carrera está dentro de este campo será mejor que empieces a reunir los requisitos necesarios para obtener estas acreditaciones.

Es importante mencionar que estas certificaciones pueden encasillarte en áreas específicas dentro de las compañías de seguros y fianzas, con lo cual, si bien tendrás un puesto bueno asegurado, puede ser difícil que después subas de rango.

¿Diplomados, cursos?

Finalmente, otra de las opciones que existen es el estudiar un diplomado o curso, los cuales regularmente abordan temas muy puntuales y son excelentes opciones si quieres reducir la curva de aprendizaje de algo que podría tomar meses a simplemente semanas. De cualquier manera, si buscas algo que te impulse más a largo plazo, nada como la experiencia, las maestrías o las certificaciones.

Conclusión

En conclusión, el elegir hacer una maestría o tomar una certificación es algo que puede potenciar tu carrera, sin embargo, tienes que meditar muy bien el momento y el tipo de estudios que harás, ya que pudiera ser contraproducente si decides estudiar en un momento inadecuado o un tema que poco te ayude.

¿Realmente vale la pena hacer los exámenes de la SOA?

Una de las preocupaciones más comunes que surge en los estudiantes conforme se va acercando el momento de dejar la academia es la de prepararse de mejor manera para acceder al mundo laboral y demostrar ser capaces desde el inicio. Para esto, los exámenes de la SOA / CAS siempre suenan como una buena opción, pero ¿…es esto verdad?

Recientemente hicimos varias encuestas a través de las redes sociales de El Manual del Actuario acerca de la opinión de la comunidad sobre si vale la pena hacer los exámenes de la SOA / CAS y las respuestas fueron favorables siempre hacia dichos exámenes.

Sin embargo, el día de hoy queremos desafiar esa concepción y analizar a fondo los pros y contras de seguir este camino de certificaciones.

¿Para qué sirve hacer los exámenes de la SOA / CAS?

En México para que un actuario pueda firmar reportes financieros o notas técnicas, auditar reservas o hacer proyectos de consultoría, necesita estar certificado ante la CNSF. En Estados Unidos, para que un actuario pueda realizar todas estas funciones ante el regulador de seguros, el cual es la National Association of Insurance Commissioners (NAIC), necesita ser miembro de la American Academy of Actuaries (AAA) y esta última organización quien dictamina si un individuo puede desempeñar funciones actuariales.

Ahora, ¿Cómo se llega a ser miembro de la American Academy of Actuaries? Se deben cumplir 3 cosas:

  1. Cumplir con el syllabus de educación básico (de la International Actuarial Association).
  2. Cumplir con el syllabus de especialistas y regulación (de Vida, Accidentes y Salud, Daños, etc.)
  3. Suficiencia de conocimientos a través de experiencia laboral, ética y estándares profesionales.

La SOA cubre los puntos 1 y 2 para Vida y Salud, mientras que el CAS cubre los puntos 1 y 2 para la parte de Daños. La experiencia en las respectivas industrias cubre el punto 3.

Hay algunas maneras de ser miembro de la AAA sin necesidad de cumplir con los requerimientos de la SOA / CAS y esto, además de la experiencia laboral, se puede hacer si se es fellow de las asociaciones actuariales del Reino Unido, Australia, Irlanda, entre otros, ya que la SOA, el CAS y la AAA tienen esquemas donde reconocen los conocimientos de los asociados y por el simple hecho de ser parte de alguna de estas asociaciones actuariales, se entiende que se cumple con el syllabus de la International Actuarial Association, que es lo que se busca cumplir al fin y al cabo.

El caso de México

De entrada, podemos decir que México no es parte del esquema de reconocimiento entre asociaciones, es decir, el estar certificado en México no abre la puerta a ser parte de la SOA u otra asociación de otro país. Por otra parte, es importante mencionar que el título de actuario es emitido por instituciones de educación superior y avalado por la SEP.

Así mismo, para que un actuario pueda firmar reportes financieros o notas técnicas, auditar reservas o hacer proyectos de consultoría, necesita estar certificado ante la CNSF, lo cual implica tener cierta experiencia laboral y pasar un examen de conocimientos sobre el tema en que el actuario busca certificarse. Después, para mantenerse, necesita refrendar sus conocimientos cumpliendo con ciertas horas de educación continua, las cuales se cubren con actividades extra al trabajo, como cursos, diplomados, congresos, etc.

Lo que implica hacer los exámenes de la SOA

Supongamos que quieres seguir tu camino actuarial para ser miembro de la SOA, si entramos a su página oficial y vemos los precios de los exámenes, encontramos que los precios para hacer los exámenes van desde los $5,000 MXN por intento de examen (si no lo pasas lo tienes que volver a hacer y, por lo tanto, volver a pagar). Además, tienes que considerar la inversión extra de tiempo y dinero para prepararte para cada intento de pasar el examen.

Para darte una idea, el costo de los cursos y manuales de preparación es aproximadamente el mismo que el costo del examen, tanto en las opciones presenciales como en línea. Por otro lado, para cada examen se necesitan aproximadamente 100 horas de estudio y práctica para estar bien preparado.

En este artículo ya hablamos de los pasos que hay que seguir para prepararse adecuadamente para estos exámenes.

Finalmente, se necesitan calculadoras especiales, dependiendo el tipo de examen que quieras hacer necesitarás una calculadora científica o financiera, las cuales cuestan aproximadamente $700 MXN, regularmente en todos los cursos explican cómo usarlas y aprovechar al máximo su rendimiento.

Entonces, ¿vale la pena hacer los exámenes de la SOA?

Conociendo la razón de ser de los exámenes de la SOA, la relación de estos exámenes con las instituciones Mexicanas y la inversión de tiempo y dinero necesarias para cumplir con estos exámenes, ya podemos formar una respuesta a la pregunta ¿qué tan buena idea es realizar estos exámenes?

No hay una respuesta contundente a esto, ya que si tu idea es seguir tu carrera de actuario en Estados Unidos o Canadá y tienes las posibilidades económicas para empezar a hacer los exámenes, entonces la respuesta es que sí vale la pena.

Es importante mencionar que quizás solo los primeros tres o cuatro exámenes tengan que ir por tu cuenta, ya que estos los tienes que ir completando en los primeros años de tu carrera profesional, no necesariamente mientras estudias, y usualmente las compañías interesadas en que sus empleados adquieran estas certificaciones ofrecen el apoyo para pagar los cursos y exámenes, así como dar tiempo de estudio a sus empleados. El problema es que ese tipo de compañías no abundan en México, así que si encuentras una que ofrezca ese tipo de apoyos, aprovéchalos al máximo.

Por otro lado, si tu plan no es irte a trabajar al extranjero, sino que prefieres trabajar en el mercado local, el cual también es muy atractivo; o bien, si los seguros no son algo que te apasiona y prefieres dedicarte a alguna otra rama de la actuaría aquí en México (ya que en EU y Canadá el rol del actuario está muy encasillado a los seguros), entonces la verdad es que no vale la pena que siquiera busques los exámenes de la SOA.

¿Por qué? Porque todos esos exámenes son para acreditar conocimientos que debe tener un actuario, conocimientos que previamente ya acreditaste como estudiante o no tendrías un título universitario en Actuaría. La diferencia es que esa acreditación es a través de un examen estandarizado, el cual, como cualquier examen diseñado por americanos, encuentra su grado de complejidad en el hecho de que son muchas preguntas en un periodo de tiempo limitado, en donde para cada pregunta debes analizar un caso, saber a qué tema se refiere, discernir la manera de resolverlo y saber trasladar eso a una calculadora, todo en 2 minutos o menos.

Así que lo que estarás haciendo será invertir mucho dinero y mucho tiempo para caer en la redundancia de demostrar tus conocimientos en ciertos temas por segunda vez, solo que ahora dicha validación viene en inglés y tiene el plus de que lo hiciste muy rápido. Esto es un plus para un futuro empleador ¿qué empleador no quiere una máquina de cálculos complejos que está dispuesta a sacrificar su tiempo para demostrar que sabe algo y además en inglés? Sin embargo, para crecer como actuario (y en cualquier profesión) lo que cuenta es la experiencia real.

Así que quizá sea mejor invertir ese dinero en cuestiones que harán que tu curva de aprendizaje en el trabajo sea más rápida, como lo pueden ser cursos y diplomados en lenguajes de programación (R, Python, SQL), temas selectos de la Actuaría o en softwares útiles como el viejo y confiable Excel.

Ricardo Nava y la importancia de la preparación constante

El día de hoy platicamos con Ricardo Nava, el actuario que estudió la primera parte de la carrera de Actuaría en la Facultad de Ciencias, para posteriormente finalizar en el ITAM. También hizo una maestría en Ciencias Actuariales en Estados Unidos y es Fellow de la SOA.

Ricardo Nava, quien hoy en día labora como VP Chief Pricing Actuary & CRO en una importante reaseguradora, nos abre las puertas para conocer mejor su historia y la visión que él tiene sobre la profesión actuarial.

¿Es verdad que estudiaste la mitad de la carrera en el ITAM y la otra mitad en la Facultad de Ciencias? ¿podrías hablarnos un poco más al respecto de esta experiencia?

Bueno, yo llegué a la Facultad de Ciencias de la UNAM, donde hice 5 semestres. Posteriormente me pasé al ITAM e hice otros 5 semestres, entonces tengo algo de estas dos instituciones, a mi gusto una experiencia muy enriquecedora.

Eso fue un tanto accidental porque así se presentaron las cosas ya que me dieron una beca en el ITAM, pero a toro pasado, yo pienso que si yo fuese a escoger otra vez, le recomendaría al Ricardo de 18 años, mira si puedes, métete primero a la Facultad de Ciencias y después vas al ITAM (risas). La verdad que me gustó mucho toda la preparación que tuve en la Licenciatura y convivir con compañeros de diversas áreas, desde matemáticos y físicos en la UNAM y después con economistas en el ITAM. En ambas instituciones tuve maestros muy buenos.

¿Cómo crees que influye esta decisión de dónde estudiar la carrera de Actuaría en el desempeño en el campo laboral?

Hay muchas cosas que entran en juego, primero la capacidad económica y a partir de esto, siempre tratar de buscar la mejor institución y, posteriormente, si vemos el campo del actuario, pues sí la Ciudad de México si ocupa más actuarios que el resto del país, quizá también Monterrey.

Entonces si te vas a estudiar la carrera a algún estado donde no haya mucho campo laboral para el actuario, empiezas a limitarte. Claro que después puedes aplicar para irte a la Ciudad de México, pero ya empieza a haber una serie de limitaciones, simplemente por los contactos que dejas de hacer.

¿Cómo consideras que es el rol del actuario mexicano hoy en día?

El actuario aquí en México se puede desempeñar en muchas instituciones, no solo está el sector asegurador y las finanzas, sino que también entra en otras áreas como puede ser Investigación de operaciones, Computación, Estadística, Consultoría, etc.

En México es un poco más amplio donde se desarrolla el actuario, comparado con Estados Unidos o con Canadá, donde ahí el actuario es más para los seguros, para los reguladores, para las consultorías, pero no tiene tanta amplitud como tiene México. Y en ese sentido, yo creo que Solvencia II, por ejemplo, le dio un fuerte impulso al actuario porque le da un énfasis al rol del actuario en Compañías de Seguro.

¿Cómo crees que impacte el COVID-19 al trabajo que desempeñan los actuarios?

Esta pandemia sin duda va a tener varios efectos, yo creo que el primer impacto, es el trabajar de manera remota, lo cual es algo que se venía retrasando, pero con el virus muchas compañías se vieron forzadas a trabajar de manera remota. Esto para mí es algo positivo, sin embargo, hay otros impactos que son negativos, ya que el coronavirus le pega al seguro y además le pega a la economía, entonces se crea una tormenta perfecta.

Pero como decía un conocido, también de las malas experiencias puedes sacar provecho; no simplemente hay que lamentarnos, sino que también hay que sacarle provecho a este evento que nos ha causado muchas pérdidas. Por ejemplo, en México existe una baja penetración del mercado asegurador, entonces esta pandemia le da la oportunidad al sector de demostrar la importancia del seguro y poder cerrar este gap, creando una cultura del seguro.

También va a haber mucha innovación, por ejemplo en la suscripción se han estado evitando algunos pasos simplemente porque las personas no pueden ir a hacerse exámenes, entonces posteriormente vamos a ver qué pasos le quitamos a este proceso y con qué es necesario que nos quedemos. Otro aspecto la digitalización y qué nuevos productos podemos hacer a partir de esta, obviamente forzados por esta pandemia. Sin duda para los actuarios se viene una época interesante.

¿Qué consideras mejor, hacer una maestría o hacer los exámenes de la SOA?

Pues yo creo que las dos; si pudieses hacer las dos cosas, eso me parece lo mejor. En mi caso, yo tuve tiempo cuando me fui a estudiar la maestría de tiempo completo ya que no trabajaba y eso me dio la oportunidad de hacer las dos cosas.

De hecho, yo empecé a tomar los exámenes de la Sociedad de Actuarios porque llegué a la Universidad de Iowa, que es donde hice mi maestría, y ahí las personas estaban haciendo estos exámenes y yo dije bueno, yo también voy a hacer esos exámenes, entonces llevaba las dos cosas al mismo tiempo, estudiaba la maestría por una parte y hacía los exámenes por otra. Después cuando regreso a México, mi esposa me apoyó muchísimo y estuve un tiempo estudiando por las noches para hacer los exámenes.

Pero volviendo a tu pregunta, yo creo que también depende de la persona si quiere desempeñar su profesión en México o en alguna otra parte del mundo. Si por ejemplo, una persona quiere irse a Estados Unidos o Canadá a desempeñarse como actuario, entonces claramente ahí la certificación de la SOA va a ser mucho más importante. Si alguna persona quiere desarrollar otro tipo de habilidades y quiere hacer, por ejemplo, un MBA, pues la verdad que esa maestría también es bastante recomendable. Creo que ambas opciones tienen sus pros y sus contras y realmente no hay una respuesta categórica de cual es mejor, sino que depende de la situación de cada persona. En mi caso yo hice las dos cosas al mismo tiempo.

¿Podrías contarnos un poco acerca del proceso para convertirte en Fellow de la SOA?

El sistema de exámenes de la Sociedad de Actuarios cambia continuamente, cuando yo llegué a ser Fellow había solo 8 exámenes y con los primeros 6, hacías un curso de Associateship y ya podías ser ASA, después había que pasar otros dos exámenes y un curso de Fellowship para llegar a ser Fellow. Pero sí hay algunos exámenes que son bastante complicados para personas que no trabajan en Estados Unidos porque se trata de la regulación o sistema social de ese país.

Este es el proceso que debía seguir una persona en cualquier parte del mundo para ser parte de la SOA, pero en algunos países hay unas ciertas ventajas, por ejemplo, en México los aspirantes podrían tener la posibilidad de que, una vez que tienen ciertos años de experiencia, y creo que con dos exámenes, ya puedes ser Associate. Sin embargo si después quieres llegar a ser fellow, sí tendrías que hacer todos los exámenes que no hiciste para ser ASA.

Y esto último es importante porque, estaba platicando el otro día con un par de colegas de gran trayectoria y ellos no sabían, es decir, hay un gran desconocimiento de que existe también esa posibilidad donde para México se puede facilitar el camino para llegar a ser ASA de la SOA.

Si quieres saber más al respecto de esta forma de ser parte de la SOA, da click aquí.

¿Cómo fue que te abriste las puertas para poder llegar a trabajar en Canadá y en un ámbito donde veías mercados de Europa, Medio Oriente y África?

Dejando de lado mi caso particular, el cual fue algo circunstancial, yo siento que sí te da una proyección el simple hecho de tener una certificación de una sociedad de actuarios que es reconocida en muchos países. Las compañías trasnacionales sí identifican eso y cuando buscan jefes actuarios que vean ciertos países si es importante el tener los exámenes de la SOA; entonces el tener estas certificaciones sí abren las puertas.

¿Qué impacto o valor agregado tuvo el hecho de que eres mexicano, para desempeñar tus labores en Canadá y viendo mercados en otros continentes?

La verdad es que yo tuve una preparación fuerte desde México. Como te comentaba, tuve muy buenos maestros tanto en la UNAM como en el ITAM y la formación matemática fue excelente. Te podría decir que aprendí el lenguaje de las matemáticas en estas instituciones. Posteriormente hice la maestría y luego los exámenes… entonces fue preparación tras preparación.

Entonces lo que yo añadí de valor al llegar a Canadá es que soy una persona con una preparación matemática fuerte. Yo competía con otras personas que también eran Fellows, pero que solo tenían licenciatura en Actuaría. Además, yo creo que la carrera de Actuaría impartida en México le compite al tú por tú a cualquier Universidad en cualquier parte del mundo.

¿Has tenido o tienes algún mentor que te haya apoyado en tu trayectoria?

Sí, claro, he tenido varios en distintas etapas de mi vida. Obviamente primero mis padres, sin lugar a duda, para siempre y en cualquier etapa de mi vida.

En lo que respecta a la parte profesional, creo que en cada institución en la que he estado, ya sea Universidad o Reaseguradora, siempre he contado con la figura de mentor. En la mayoría de las veces, mi mentor no siempre ha sido como resultado de algún programa formal, pero de cualquier manera ha sido muy valioso contar con este apoyo.

En la actualidad, continúo teniendo mentor pero ahora también yo soy mentor y me da mucha satisfacción poder ayudar a otros.

¿Cómo han ido cambiando las actividades que has desempeñado en tus distintos roles de trabajo?

Pues la verdad yo empecé como analista para nuevos productos, después me fui a hacer mi maestría y trabajar como consultor. Al regresar a GenRe lo hago como jefe actuario para América Latina. Después me paso a RGA hace ya varios años, y en aquel entonces era una oficina muy pequeña, donde sólo éramos dos actuarios para ver todas las cotizaciones y de todos los beneficios: vida, salud y lo que llegara, todo lo hacíamos nosotros dos.

Después cuando me cambié al área internacional, donde veía los mercados de Europa, Medio Oriente y África, tuve que aprender los diversos modelos que se usaban y conocer algunos beneficios de los que no estaba muy familiarizado. Todo esto fue muy enriquecedor porque ahora que regreso a América Latina, puedo aplicar la experiencia que tuve en otros mercados y ayudar a nuestros socios en la región.

En la posición actual, sigo revisando, pero ya no me meto tanto al detalle, sino simplemente veo si el riesgo está dentro del apetito de RGA, y si lo hemos entendido y medido correctamente.

También ya tengo un rol un poco más de liderazgo donde tengo personas a mi cargo y tengo que ver que esas personas estén bien y tengan las herramientas necesarias para desarrollarse, todo el training necesario, etc. Es decir, ya tengo un rol más de desarrollar personas además del “pricing”.

También ahora tengo una nueva función como CRO (Chief Risk Officer), donde veo, no solamente el riesgo del seguro, sino en general todos los riesgos para América Latina. Tengo que monitorear y ver tendencias del negocio para poder actuar a tiempo y evitar sorpresas.

¿Cuál dirías que es la satisfacción más grande que te ha dado la Actuaría?

Todo. Si yo viera al Ricardo que tenía 7 años, yo definitivamente le diría: estudia Actuaría. Imagínate mi caso, licenciatura en Actuaría, maestría en Actuaría, exámenes de certificación…

Yo amo mi carrera, entonces yo creo que la satisfacción más importante es que de verdad disfruto lo que hago, porque hay muchas personas que estudian algo pero de verdad se dedican a otra cosa. Me parece que la satisfacción más grande es que mi trabajo del día a día es algo que yo amo hacer, algo que me apasiona. Si veo algún problema matemático y hay que resolverlo, eso es lo que me gusta.

Lo anterior es la principal motivación, después vienen otras cosas como el hecho de viajar, de conocer otros países, de relacionarte con personas de muchas culturas, etc. También son cosas importantes, pero para mí la primera es que el trabajo del día a día me encanta y esa es la mayor satisfacción.

Hay un libro que se llama El Médico de Noah Gordon, el cual de hecho hace poco se lo regalé a mi hijo mayor, y habla de esta pasión por el conocimiento a través de un personaje que se va a viajar simplemente para aprender cómo ser un buen médico y en este proceso aparecen bifurcaciones en su vida y esta persona siempre elige el conocimiento y eso creo que fue mi caso, ya que siempre aposté por eso y siempre estuve feliz de aprender. Creo que eso ha rendido frutos.

¿Qué consejo le darías a los estudiantes de actuaría y actuarios recién egresados para que puedan enriquecer su camino en el mundo de la Actuaría?

Yo creo que siempre es bueno tener un plan y una estrategia. El hecho de que ya estás en la carrera, no significa que ese plan o estrategia ya haya terminado, todavía te falta decidir en qué ramo vas a trabajar, qué otros estudios vas a realizar, entonces yo creo que es importante ver eso en cualquier etapa de tu vida, tratar de ver qué es lo que quiero conseguir en los siguientes 5 o 10 años y cuáles son las herramientas que vas a necesitar.

En este mundo tan globalizado es muy importante saber inglés, tener un mínimo de conocimientos en cuestiones de cómputo y si en algún momento quieres trabajar en otras partes del mundo, es importante empezar a ver alguna certificación que te pueda ayudar. Ya también mencionamos la parte de tener un mentor, lo cual es sumamente importante.

Si ves a alguien que naufraga y primero nada hacia un lado y luego hacia otro, pues al final no va a llegar a ninguna parte. En cambio alguien que sabe lo que quiere, va a nadar en esa dirección, al final seguramente va a llegar a buen puerto… probablemente (risas) a menos que no haya nada en esa dirección, claro está. A lo que voy es que siempre tienes que estar planeando y afilando tu estrategia, viendo qué herramientas son las que vas a requerir.

¿Algún comentario final?

Simplemente para los actuarios mexicanos, quiero decirles que la verdad están en un muy buen terreno porque la actuaría en México tiene una calidad muy alta que compite en otros países; quizá también hay que reunir otras características fuera de la parte académica las cuales tenemos que pulir más.

Si te pones a comparar un actuario en Estados Unidos con un actuario Mexicano y ves que la parte académica es muy similar, entonces cuáles son las diferencias y para mí hay dos que me vienen a la mente:

Primero es que tenemos que empezar a hacer certificaciones fuertes a una edad temprana; en México realmente tenemos un programa de certificación un poco fácil por así decirlo contra programas de certificación más fuertes en otros países.

En segundo lugar, los internships, que si bien en México a veces es posible encontrar estas pasantías, en Estados Unidos y Canadá es casi la regla. Los estudiantes hacen estos internships y empiezan a aprender el software actuarial como AXIS o de alguna otra empresa. Además, tienen la gran oportunidad de empezar a discernir dónde les gustaría trabajar. Por ejemplo, si primero hacen una pasantía en seguros de vida, luego otro verano en seguros de daños o en algún banco, después ya les sería más fácil decidir a qué se quieren dedicar. Me parece que a esto le tenemos que dar más empuje en México.

¿Cómo ser miembro de la SOA sin hacer todos los exámenes?

Para ser miembro de la SOA como Associate (ASA) necesitas cubrir una serie de requerimientos que incluyen, entre otras cosas, la aprobación de 7 exámenes que miden diferentes tipos de conocimientos actuariales. Sin embargo, para actuarios Mexicanos existe una manera lograr esta acreditación sin necesidad de hacer los 7 exámenes. Aquí te contamos.

Ya hemos hablado anteriormente en El Manual del Actuario acerca de los exámenes de la SOA que hay que aprobar para, junto con otros requerimientos, poder lograr ser miembro de esta asociación. Lo cierto es que ese es el camino tradicional que se tiene que seguir, sin embargo no es el único, ya que para personas fuera de Estados Unidos y Canadá existe una opción distinta que toma en cuenta la experiencia y para la cual no se tienen que aprobar todos los exámenes.

Requerimientos Para Actuarios Internacionales

Para los candidatos de otras organizaciones actuariales, la Junta Directiva de la SOA ha adoptado una política por la cual a un candidato que cumpla con los siguientes requisitos se le otorgará la categoría de Associate (ASA). Los requisitos son los siguientes:

  • Que la persona haya obtenido la calificación actuarial más alta posible en su propio país;
  • Que el único camino hacia la obtención del título de actuario no haya sido mediante exámenes supervisados, sino a través del sistema de educación universitaria;
  • Que el individuo haya recibido toda su educación en ese país; y
  • Cuando el individuo tiene siete años de experiencia actuarial profesional, de los cuales al menos dos años han estado en Norteamérica (US GAAP).
  • Que la persona apruebe el examen LTAM o el examen STAM;
  • Que el individuo obtenga crédito por los Módulos 1-8 de Fundamentos de la práctica actuarial (FAP) y las Evaluaciones intermedias y finales de la FAP; y
  • Que el individuo asista y apruebe el Curso de Profesionalismo (APC).

La política anterior está diseñada para que un actuario experimentado que vaya a trabajar a Estados Unidos o Canadá por un período de varios años no tenga que aprobar todos los exámenes de Associateship (ASA), sino solo uno de los exámenes LTAM o STAM, el curso en línea sobre fundamentos de la práctica actuarial (FAP) y el curso de profesionalismo de los asociados (APC) para ASA. Esto no es tanto una exención de curso por curso sino un reconocimiento general de la educación y la experiencia en el propio país del solicitante.

Así que si tú eres actuario con cédula profesional, egresado de una universidad en México, tienes 7 años de experiencia actuarial con al menos dos con experiencia en una empresa basada en Estados Unidos (US GAAP), puedes prepararte para hacer el examen LTAM o STAM y pasar el curso FAP y el curso presencial de profesionalismo APC para poder ser ASA de la SOA.

Cabe señalar que, si después deseas crecer más y ser Fellow de la SOA, entonces necesitas hacer los otros 6 exámenes que no acreditaste y demostrar tener la experiencia educativa que señala la manera tradicional de ser ASA.

 

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