¿Ser becario? ¿Hacer una maestría? ¿Qué tal un diplomado? ¿Empezar a trabajar? ¿En qué rama? ¿Sector público o privado? Las preguntas en el punto de tu vida cuando estás cerca de terminar tus estudios son muchas y no parece existir un camino perfecto que seguir. ¿Qué hacer entonces?

Si eres estudiante de Actuaría y te encuentras en los últimos semestres, o bien, te encuentras en la situación de que acabaste todas tus materias, seguramente estás en un momento en que atraviesas mucha incertidumbre ya que difícilmente sabes a que te quieres dedicar, incluso aunque creas que lo sepas, es muy probable que al final prefieras otra cosa. Para tratar de  aliviar esos momentos sinuosos, aquí te compartimos algunos puntos a tener en cuenta.

1. ¿Es buena idea hacer una maestría?

Pues como todo en esta vida, eso depende. Primeramente hay que considerar qué tan seguro te encuentras de estudiar x o y maestría, por lo que si es un tema que te apasiona y en el que tienes un interés genuino, no lo pienses más y ve por eso. Dicho de otra forma, si tu objetivo es estudiar la maestría per se y no lo que puedes obtener después en el campo laboral con esa maestría, entonces estúdiala.

Por otro lado, si tu idea de estudiar una maestría es para buscar enriquecer tu currículum y tener una mejor perspectiva laboral, entonces quizá no sea la mejor idea hacerlo, ya que cuando salgas al campo de trabajo notarás la triste realidad de que la experiencia laboral es más importante que este tipo de estudios de posgrado, por lo que te sentirás muy frustrado si ves a alguien de tu generación, con menos estudios que tú pero que tiene un mejor trabajo ya que en el tiempo que estuviste estudiando, esa persona estuvo trabajando y ganando valiosa experiencia. La recomendación entonces sería mejor estudiar un diplomado o un curso que acelere la obtención de conocimientos que te ayuden al salir al campo laboral. Ahora que si vas a estudiar la maestría en una de las universidades del Top 10 mundial, ignora todo lo anterior.

2. ¿Cómo abordar las primeras entrevistas de trabajo?

Después de mandar solicitud a varias compañías ofreciendo vacantes que has encontrado en línea, donde por cierto es muy probable que el giro de estas empresas y las áreas de dichas vacantes sea bastante variado, habrá algunas que se interesen en tu perfil y te pidan ir a una entrevista, para lo cual debes tener en cuenta algunas cuestiones:

  • Arréglate para la ocasión. Ya sabes, la primera impresión nunca se olvida, así que cerciórate que tu indumentaria, cabello y aliño en general sean impecables.
  • No exageres. Probablemente en este punto de tu carrera no hayas tenido ningún trabajo, o bien, tus trabajos hasta el momento hayan sido en puestos no tan altos, pero no te preocupes, esto es algo que tus entrevistadores tienen en cuenta y realmente no esperan que hayas tenido gente a tu cargo o que hayas estado al frente de proyectos de millones de dólares, lo que quieren es conocer a la persona, que les cuentes algunas cosas sobre ti y puedan ver si eres alguien responsable con quien podrán trabajar día con día, así que no inventes cosas que no pasaron.
  • Imagina que estás en una plática con tu mejor amigo(a) que no has visto en años. Piensa en esa amistad con quien llevas mucho tiempo sin hablar, pero que sigue siendo muy importante para ti; si te encontraras con esa persona, seguramente te haría muchas preguntas, a las que tú le contarías todo con mucha emoción y soltura. Pues piensa que quien te entrevista es justo ese amigo(a) importante. Esto facilitará muchísimo las cosas y te hará aligerar los nervios.

3. Tu primer trabajo no tiene que ser el último

Después de varias entrevistas (o quizá ninguna, si eres hijo de alguien importante en el mundo actuarial…) entrarás al que será tu primer empleo formal como un adulto responsable e independiente.  Ahí conocerás a mucha gente y aprenderás muchas cosas nuevas que seguramente no aprendiste en la escuela, pero que hubieras deseado haber aprendido.

Pasando algunas semanas y meses ya te será posible entender cómo son las cosas dentro de ese lugar de trabajo, no solamente en cuestión de las actividades que realizas y los temas que teóricos y prácticos que tienes que saber, sino también ya tendrás mucha información acerca del “ecosistema” laboral que va desde el ambiente que se maneja, el tipo de jefes que hay, los sueldos y prestaciones que hay en puestos más altos y, principalmente, qué tan fácil o difícil es subir o llegar lejos.

Seamos francos, a partir de este punto es muy probable que pongas en duda tu continuidad en este lugar de trabajo, ya sea porque no te gustan las actividades, o el ambiente o las condiciones laborales. Todo es válido y estás en todo tu derecho de buscar algo más, aún cuando hayas estado poco tiempo ahí, así que no te sientas mal si otros te dicen que no será bueno para tu carrera irte y que es un defecto de los millenials el cambiar de puesto cada pocos años. No los escuches, al final con el esquema actual de seguridad social vas a tener una pensión ridículamente baja, así que enfoca tus años de trabajo en estar en el mejor lugar posible, así sea por poco tiempo.

4. Mejora tus habilidades sociales y de comunicación

En la escuela seguramente eras muy bueno haciendo demostraciones de la teoría espectral sin una mano y sin ver, lo cual es digno de aplaudirse por sí solo, sin embargo, en el mundo laboral (y en la vida en general) necesitas también de otras habilidades para sobresalir que te den un plus y esto es que puedas desenvolverte de buena manera, llevarte bien con tus compañeros, trabajar adecuadamente en equipo, explicar a los demás lo que hiciste y por qué lo hiciste y en general tener la capacidad de hablar con camaradería con cualquiera de cualquier tema sin que te paralices o te tiemblen las rodillas o se te quiebre la voz.

No estamos diciendo que tienes que saberlo todo, sino que puedas hablar con soltura. ¿No sabes algo? Solo dilo y si es importante ofrece una solución al respecto. ¿No estás de acuerdo en algo? Comentalo con la persona en cuestión, con respeto y sin afán de buscar conflictos, sino de encontrar una solución. ¿Te piden presentar algo frente a personas de otros equipos u otros superiores? Controla tus nervios, recuerda que ellos también son personas y que en algún momento estuvieron donde tú estás.

Para este punto quizá sea bueno que tomes un curso de comunicación, oratoria y liderazgo.

5. Lo que los jefes quieren

Una buena manera de definir el trabajo es que es aquel lugar al que asistes diariamente (presencial o en línea) para llevar a cabo actividades que hagan que tu jefe tenga menos cosas de qué preocuparse y en la medida en que puedas desempeñarte de tal manera que poco a poco tus superiores dejen de preocuparse de las cuestiones que llevas a tu cargo es que podrás ir subiendo la escalera corporativa.

Así que nuestra recomendación es que siempre que hables con tu jefe vayas con soluciones, no con problemas. Imagínate si alguien que trabaja para ti te dice “Jefe, la macro que calcula la reserva está tardando mucho, ¿qué hago?” Seguro tu mente se inundará de pensamientos acerca de cómo resolver ese tema de la mejor manera y en tiempo y tendrás que iniciar una cadena de pensamiento a partir del problema existente.

Ahora bien, imagina que en lugar de eso, esa persona te dice lo siguiente: “Jefe, la macro que calcula la reserva está tardando mucho, así que me metí al código y le hice algunas modificaciones que hicieron el proceso más rápido, ¿crees que lo puedas revisar para estar seguros de que no hay errores?” Con esto, ya no partes del problema, sino que ya hay un camino recorrido y una posible solución, solo tienes que cerciorarte de que efectivamente se resolviera todo de manera correcta, lo cual es sumamente más fácil y te da más tiempo de pensar en otras cosas que si tuvieras que resolver el problema tú solo.

En pocas palabras, sé proactivo y enfocado en soluciones.

6. No sigas tus sueños, sigue tu plan

No solo en tu carrera profesional, sino en tu vida en general, es vital que tengas un plan, que sepas hacia dónde estás yendo y que aunque a veces te desvíes, puedas retomar el camino en cualquier momento. Algo que te puede ayudar es recordar la frase “Cuando no sabes hacia dónde navegas, ningún viento es favorable.

Ahora, esto también implica que exista una dosis de realismo, por eso es que no nos atrevimos a definir esto como un sueño, sino más bien como un plan. Algo que sepas y que estés convencido de que puedas lograr y que tengas claro lo que tienes que hacer y el tiempo que va a tomar. Nuevamente recalcamos que tienen que ser cosas asequibles, no pienses que con desearlo en un mes ya vas a ser el director.

Conclusión

Hay muchas cosas que nadie te dice o que son imposibles entender acerca de terminar la carrera hasta que no lo vives. Aquí repasamos algunos puntos los cuales simplemente van encaminados a que esta curva de aprendizaje no sea tan dura y puedas evitar frustraciones futuras.

 

 

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