Autor: Fernando De la Torre (Página 2 de 6)

Termina Ana María Ramiréz su periodo al frente del CONAC; Alejandro Turner la sucederá

Hace unos momentos se llevó a cabo la Asamblea General Ordinaria del Colegio Nacional de Actuarios donde en la orden del día destacó el informe de resultados de la presidencia de Ana María Ramírez, así como la presentación del plan de trabajo y posterior elección de la planilla encabezada por Alejandro Turner.

Como cada dos años, el día de hoy se llevó a cabo la Asamblea General del Colegio Nacional de Actuarios donde se designa al grupo de personas que conformarán el Consejo Directivo en un nuevo periodo bianual. En esta ocasión, dicho evento fue de manera híbrida, donde desde las instalaciones del CONAC se presentó a través de un webinar a los miembros con derecho a voto los resultados del periodo 2019-2021 del Consejo Directivo presidido por Ana María Ramírez, el plan de trabajo de la única planilla inscrita para las elecciones para el periodo 2021-2023, así como la posterior elección, entre otros temas. A continuación te contamos los puntos más importantes.

Resultados Periodo 2019-2021

Después de dar una breve bienvenida a los asistentes, así como establecer el quorum al momento del inicio de la Asamblea con el apoyo de los escrutadores, Ana María Ramírez hizo una detallada presentación de los puntos que marcaron su gestión como Presidenta del CONAC, donde tuvo como como miembros de su Consejo Directivo a Alejandro Turner como Vicepresidente, Elsa Gonzalez como Secretaria y Robert Hernández como Tesorero.

Dentro de los principales puntos destacados por la Actuaría Ramírez, destaca lo siguiente:

  • Se llevó a cabo el evento Casa CONAC de manera virtual, siendo este uno de los más exitosos.
  • Se retomó el proyecto de la Revista Actuarios Trabajando, la cual ha realizado diferentes publicaciones que agregan valor al gremio.
  • Se realizó la encuesta para definir el Día del Actuario de manera oficial, siendo el preferido por la comunidad actuarial el 13 de febrero
  • Se firmaron convenios con diferentes universidades para otorgar un año de membresía al CONAC a partir de que los estudiantes se titulen. Aún hay varias universidades que siguen revisando el convenio, pero se tiene la certeza de que se logrará este acuerdo con un gran porcentaje de las instituciones que ofrecen la carrera en el país.
  • Se realizaron varios webinars y pláticas, siendo la más destacada la impartida por el Dr. Arturo Erdely el 27 de abril, donde se tocó el tema de «El impacto del Covid-19 en el IBNR», la cual tuvo una participación histórica por parte de los miembros del Colegio, siendo la que más asistencia ha registrado.
  • Se informó sobre los avances del sistema CONAC que hace más sencilla la operación y administración de la información de cursos y HEC de los miembros, entre otras cosas.
  • Se comentó la participación que tuvo el CONAC con la International Actuarial Association, destacando el llenado de un cuestionario sobre el syllabus de la oferta académica en México, el cual es el inicio de un proceso para refrendar los conocimientos actuariales de nuestro país de manera internacional.
  • Se comentó que debido a la contingencia sanitaria se tuvieron que suspender los exámenes de certificación, sin embargo, se trabaja en conjunto con la CNSF para resolver este tema de la mejor manera.
  • Se mostraron los resultados del crecimiento en seguidores de las redes sociales del Colegio, donde se destacó la creación de un Comité de Difusión encargado de potenciar la comunicación en medios digitales.

Informe financiero y de la junta de honor

Después de la presentación de la Actuaría Ana María Ramírez, tomaron la palabra los actuarios Robert Hernández y Eduardo Lara, quienes presentaron los resultados financieros del periodo 2019-2021, así como el resumen de actividades de la Junta de honor murante ese mismo periodo, respectivamente.

Plan de Trabajo 2021-2023

Lo siguiente en la orden del día fue la presentación del ambicioso plan de trabajo de la planilla liderada por Alejandro Turner, quien propuso dentro de su equipo de trabajo para el periodo 2021-2023 a la Act. Elsa Gonzalez como Vicepresidenta, Mauricio Arredondo como Secretario y Francisco Ruiz de la Peña como Tesorero.

Dicho plan de trabajo consta de 30 puntos y tiene como ejes conductores el cumplimiento de los fines y objetivos específicos del CONAC en primer lugar, así como «la innovación y el establecimiento de nuevas formas de trabajo que permitan no solo mantener al Colegio a la vanguardia, sino también contar con una dinámica flexible que posibilite reaccionar y tomar acciones inmediatas ante un entorno cambiante».

A continuación presentamos los principales puntos de este plan de trabajo:

  • Plan de Acción 1: Análisis estratégico del CONAC
    • Redefinir los conceptor de Misión, Visión, Valores y Objetivos Estratégicos
  • Plan de Acción 2: Programa de Reconocimiento a miembros
    • Actuario distinguido
    • Premio Nacional de Actuaría. Categorías: startups, innovación, investigación, tesis
    • Reconocimientos especiales
  • Plan de Acción 3. Creación de la App del CONAC
  • Plan de Acción 4. Credencialización (digital) de miembros
  • Plan de Acción 5. Incremento de la membresía
    • Realización de un censo de los actuarios en México
    • Creación de nuevos comités y secciones como Insurtech, Fintech, Analytics, Ciencia de Datos, Emprendimiento, etc.
    • Programa de recién titulados
    • Entregar un kit de bienvenida a los nuevos miembros
  • Plan de Acción 6. Nuevos contenidos
  • Plan de Acción 13. Comunicación y difusión

En una publicación posterior estaremos publicando el plan de trabajo completo.

Elección

El siguiente punto de la Asamblea fue la elección, en la cual el 95% de los miembros presentes emitieron su voto a favor de la planilla presentada, 4% se abstuvieron y 1% votó en contra.

Conclusión

En general, es de reconocer la labor de la Actuaria Ana María Ramírez, quien a pesar de las múltiples dificultades generadas por la pandemia por Covid-19, pudo sacar adelante varios de los proyectos de su plan de trabajo. Por otro lado, el plan de trabajo presentado por el Actuario Alejandro Turner para el Consejo Directivo 2021-2023 es definitivamente bastante ambicioso y con visión al futuro, de donde nos gustaría destacar la creación de nuevos comités sobre campos de acción de la actuaría relativamente nuevos, el programa de reconocimiento a actuarios con la creación del Premio Nacional de Actuaría, entre otros, así como el fuerte impulso a la comunicación y difusión de la carrera. Desde El Manual del Actuario esperamos que este nuevo periodo de dos años sea suficiente para poder conseguir todos estos objetivos.

¿Es mejor hacer una maestría o certificaciones?

Si tus padres, algún familiar o un maestro nunca te dijeron que hoy en día la licenciatura ya no basta y que ahora para progresar necesitas hacer mínimo una maestría y de ahí planear un doctorado, entonces no eres millennial. Sin embargo, hoy trataremos de responder a la pregunta de si vale la pena hacer una maestría o es mejor hacer otro tipo de certificaciones.

En el campo de la Actuaría existen varias ofertas de maestrías, diplomados, cursos y certificaciones que se pueden hacer, las cuales se venden como una distinción importante a la carrera profesional de las personas por el aporte de conocimientos que implica tomar y aprobar cualquiera de ellos. Sin embargo, ¿valen la pena hacerlos? ¿En qué momento es mejor? ¿Qué puedo esperar de una maestría o una certificación?

¿Hacer una maestría?

El hacer una maestría con el fin de potenciar nuestra carrera profesional no es una simple creencia social que se pueda refutar, ya que hay estadísticas que confirman que los profesionales que cuentan con posgrados tienen en promedio mejores sueldos y condiciones laborales que aquellos que solo tienen la licenciatura.

Sin embargo, la decisión de hacer una maestría tiene que estar bien pensada, si la haces inmediatamente saliendo de la carrera te enfrentarás a una tremenda realidad en la cual los empleadores no le dan tanto valor a tus estudios de maestría como a la experiencia laboral a la hora de definir el salario al que serás acreedor —esto no aplica si haces tu maestría en una universidad que esté en el Top 10 mundial—.

Por otro lado, si la haces cuando ya llevas varios años de recorrido, lo más seguro es que esta no tenga un impacto tan fuerte en tu carrera y puede llegar a ser una carga de tiempo y dinero bastante pesada.

Con esto en mente, lo ideal sería poder hacer la maestría en un momento de tu carrera en que ya hayas definido el área a la que te vas a especializar, tengas ciertos años de experiencia y la maestría sea la llave que te pueda abrir puertas a puestos más altos y mejores para ti.

Tipos de Maestrías

Una vez que has definido que te encuentras en un buen momento de tu carrera en el que se maximiza el beneficio y se minimiza el costo de oportunidad de hacer una maestría toca definir el camino que quieres seguir con tus estudios, el cual puede ser de dos grandes tipos: especialista o generalista.

Especialista

Como bien mencionamos antes, en este punto de tu carrera ya debes estar establecido en alguna rama de la Actuaría, por lo que buscar especializarte en algo específico te puede ayudar a diferenciarte y por ende mejorar tus condiciones laborales, sin embargo, esto tiene una contra, ya que esto te puede encasillar y si el día de mañana quieres buscar alguna rama diferente u otras actividades, puede que te sea más complicado.

Generalista

A diferencia de las maestrías para especializarte, existen otras que te dan herramientas útiles para desempeñar labores  con una variedad más amplia de actividades. Las más común es la Maestría en Administración de Negocios o MBA, la cual busca capacitar a quienes la toman para tomar puestos de alta dirección, los cuales por supuesto tienen que saber un poco de cada una de las áreas y subáreas de la compañía para poder resolver problemas. La contra es que regularmente este tipo de maestrías son más caras, además de que si diluyes mucho el campo de acción de tus capacidades, puede que tu carrera profesional no termine de despegar.

¿Certificaciones?

Respecto a las certificaciones, aquí hay varias cosas a tomar en cuenta, primeramente sobre aquellas relativas a los exámenes de la SOA / CAS, ya hablamos a fondo sobre cómo ser miembro, cómo pasar los exámenes y de si vale la pena hacerlos en esta entrada.

Hablando de otras certificaciones, el Colegio Nacional de Actuarios ha adoptado un programa de certificación profesional para los actuarios que presten sus servicios en instituciones de seguros y fianzas en el país, con el fin de garantizar altos estándares de práctica actuarial. Cada una de estas certificaciones está más enfocada a distintas
subramas de los seguros y si tu plan de carrera está dentro de este campo será mejor que empieces a reunir los requisitos necesarios para obtener estas acreditaciones.

Es importante mencionar que estas certificaciones pueden encasillarte en áreas específicas dentro de las compañías de seguros y fianzas, con lo cual, si bien tendrás un puesto bueno asegurado, puede ser difícil que después subas de rango.

¿Diplomados, cursos?

Finalmente, otra de las opciones que existen es el estudiar un diplomado o curso, los cuales regularmente abordan temas muy puntuales y son excelentes opciones si quieres reducir la curva de aprendizaje de algo que podría tomar meses a simplemente semanas. De cualquier manera, si buscas algo que te impulse más a largo plazo, nada como la experiencia, las maestrías o las certificaciones.

Conclusión

En conclusión, el elegir hacer una maestría o tomar una certificación es algo que puede potenciar tu carrera, sin embargo, tienes que meditar muy bien el momento y el tipo de estudios que harás, ya que pudiera ser contraproducente si decides estudiar en un momento inadecuado o un tema que poco te ayude.

La Actuaría y la teoría de las 10 mil horas

Seguramente en algún punto de tus primeros años de experiencia laboral te toparás de frente con la frustración porque las cosas no salen bien, ya sea porque tu trabajo consiste en cosas que nunca habías hecho o porque simplemente no puedes comprender la famosa «big picture». Esto es normal y el día de hoy te explicaremos algo que puede ayudar a enfocarte y sentirte mejor respecto a lo que buscas: la teoría de las 10 mil horas.

Ante la incertidumbre y frustración que existe en muchos actuarios que inician su vida laboral, el día de hoy vamos a platicarles de un concepto que les ayudará a entender cómo es el crecimiento profesional y qué esperar del camino que están por recorrer.

Los primeros años…

Los primeros años trabajando, en cualquier ámbito, siempre van a resultar complicados por el simple hecho de que la mayoría de las universidades no nos preparan para el mundo laboral. En el caso de la actuaría, esto es muy marcado por la misma naturaleza de la profesión, la cual se basa en aplicar modelos matemáticos a diferentes fenómenos con el fin de contrarrestar las implicaciones financieras de ciertos riesgos.

De esta manera, puede que en la universidad hayas aprendido la demostración de Black & Scholes sin usar el Teorema del Límite Central, pero aplicar eso en modelos en un software y tomar decisiones del mundo real basado en eso no es lo mismo. Por otro lado, puedes aprender de arriba a abajo lo que significa y cómo se diseña una tabla de mortalidad, pero para tomar la decisión de suscribir un negocio especial cuando el agente está presionando y tus números no te dan el precio que buscan, se requiere de otros conocimientos y habilidades.

Esto por supuesto solo se aprende estando en el campo de juego y viendo de cerca cómo se manejan las cosas, con el apoyo de los compañeros y jefes que llevan más tiempo en el negocio, pero con una prioridad en la práctica, la cual, debe ser en teoría de 10 mil horas.

La teoría de las 10 mil horas

¿Sabías que Picasso fue aceptado en la academia de artes a los 16 años de edad? Pues es verdad y no tienes que sentirte mal, no fue porque tuviera todo el talento del mundo desde que nació, fue porque pasó toda su juventud dibujando y estudiando arte muy arduamente, para cuando hizo los exámenes de admisión ya había realizado más de 10,000 dibujos y pinturas (según cuenta la leyenda).

Esta teoría, formulada por Anders Ericsson en 1990, dicta que las primeras 10,000 horas que dediques a algo, las cosas van a salir mal, incompletas o de calidad dudosa, pero son las 10,000 horas en que debes esforzarte más para aprender de tus errores y perfeccionarte, pasando esta barrera, en la hora 10,001 tu trabajo habrá cambiado por completo y será muy bueno, tanto así que no se parecerá en nada a lo que hacías al comenzar.

En otras palabras, ahora que empiezas en el mundo laboral todo te parecerá una marcha cuesta arriba y sentirás que no puedes más y quieres renunciar ante la presión, pero ten en mente que entre más te esfuerces en seguir adelante y mejorar a cada paso esa marcha se volverá más y más fácil.

El hecho de que conozcas algo tan a fondo después de practicarlo por todo este tiempo también te llenará de otro aspecto vital que es la confianza, en ti mismo y en lo que haces. Este tema por si solo también es muy importante, por lo que ahondaremos en él en otra publicación, pero por el momento solo considera que estas 10 mil horas también te brindarán eso.

¿Se puede agilizar?

Realmente no, la regla de las 10 mil horas es clara y difícilmente podrás llegar al punto cúspide antes de ese tiempo. De esta manera, tardarás de 5 a 10 años en volverte un experto en tu campo laboral, dependiendo de cuánto tiempo le dediques.

Ahora, esto no significa que tienes que estar esos 5 a 10 años en el mismo puesto, la mayoría de los lugares de trabajo tienen bien definidos los puestos que puedes ir subiendo de acuerdo a tu experiencia, aumentando responsabilidades y condiciones laborales de manera progresiva.

Por otro lado, algo que puede ralentizar u obstaculizar tu camino de las 10 mil horas es el hecho de que cambies continuamente tu campo laboral, por más mínimo que sea. Toma en cuenta que no dijimos cambiar de empresa, al final siempre es bueno buscar mejores condiciones en otros lugares, sino de campo, es decir, si hoy trabajas en seguros y el día de mañana te cambias a finanzas, pero después ya no te gusta y te cambias a ciencia de datos, en cada nuevo campo inicias nuevamente un camino de aprendizaje de 10 mil horas.

Como conclusión, no te desanimes si las cosas no te van bien, créeme que a todos nos pasa. Mejor enfócate en lo que haces y esfuérzate para que esas 10 mil horas te sirvan de provecho y así pasarán más ligeres. Piensa que durante todo ese tiempo trabajando como profesional te están pagando por aprender y volverte un experto de tu área.

La importancia de Excel para los actuarios

Hoy en día es vital para cualquier actuario, o aspirante a serlo, el tener un buen nivel de Excel, tanto en fórmulas y creación de gráficos, como en tablas dinámicas y programación en VBA, a continuación daremos algunos puntos del por qué de esta afirmación.

Dentro del mundo académico hay un sentimiento generalizado acerca de que un buen actuario sabe manejar a la perfección ciertos programas y lenguajes de programación, como pueden ser R, SAS, Python, SQL, Oracle, Tableau, etc.

Cada uno de estos programas es, en efecto, muy importante para diferentes propósitos como la estadística, manejo de bases de datos o generación de reportes automatizados, lo mejor siempre será usar una de estas opciones para potencializar los resultados.

Algunos de estos programas incluso son de uso libre, como R o Python, lo cual ha facilitado la propagación de su uso y aceptación por cada vez más empresas. El lenguaje SQL es ya también algo que se ha convertido en básico para manejos de grandes (y pequeñas) bases de datos, mientras que aquellas de pago, como SAS o Tableau, tienen muy claro su modelo de negocio, el cual va dirigido principalmente a empresas de gran tamaño, que cuenten con áreas de continua generación de grandes cantidades de datos.

Pero ¿sabes qué programa tiene la capacidad de hacer todo lo que hacen los demás? Te doy una pista, empieza con “E” y termina con “-l viejo y conocido Microsoft Excel”.

Excel es eficiente para la mayoría de las tareas

Excel continuamente se actualiza e incluye nuevas utilidades cada vez más. ¿Quieres trabajar con una base de datos grande? Excel puede conectarse y puedes bajar información directamente. ¿Quieres hacer un dashboard? Con excel puedes hacer dashboards útiles, rápidos y sin necesidad de otro software. ¿Quieres hacer un modelaje estadístico? Excel cuenta con varias funciones que permiten hacer esto. Por si fuera poco, también existen add-ins que contienen muchas aplicaciones estadísticas e incluso podrías conectarte con Python o R. ¿Quieres diseñar una herramienta automatizada que corra un programa de cierto grado de complejidad? Pues con Excel bien puedes programar muchísimas herramientas con VBA.

En general, Excel puede dar muchas soluciones a problemas a los que la mayoría de los actuarios nos enfrentamos y el hecho de que casi todas las empresas tengan contratado Microsoft Office, hace que su uso sea prácticamente obligatorio.

El más usado en las empresas

No importa si estás en una empresa pequeña o grande, lo más seguro es que todas provean a sus empleados con los diferentes programas de Microsoft Office, incluido Excel, por supuesto.

Y quizá en primera instancia Excel suene como algo muy poco sofisticado, donde no puedes hacer los modelos robustos de deep learning o el dashboard estrafalario que va directamente conectado a la base de millones de datos, pero lo cierto es que no todas las empresas tienen dicha generación de datos y, aún cuando la tienen, muchas veces es más útil y eficiente hacer los reportes finales en Excel, por la simple y sencilla razón de que quienes toman las decisiones en las empresas probablemente no saben usar, y realmente no necesitan conocer, los softwares y lenguajes especializados que tú sí.

Así que siempre será más fácil enviar el reporte final en Excel al jefe para que con unos simples clicks lo pueda abrir, analizar y saber qué hacer.

Las empresas ya están acostumbradas a Excel

Otro punto importante es que actualmente en muchas empresas ya hay muchas herramientas y procesos automatizados hechos en Excel, aprovechando la posibilidad que ofrece de programar en Visual Basic, y aunque muchos de estos procesos son perfectibles y quizá se desempeñen mejor en algún otro software, no es tan fácil cambiarlos ya que hay que pasar por muchos filtros internos que comprueben y aprueben el uso de algo nuevo. Todo un proceso burocrático al mismo nivel de cualquier trámite con el gobierno.

Los jefes usan Excel

Será normal que mientras vayas subiendo en tu carrera profesional, poco a poco dejes de lado la llamada talacha y con ella la necesidad de usar los softwares más especializados, para basarte en cuestiones que van más con un tomador de decisiones, lo cual en general es revisar lo que hace la gente que te reporta y presentar a puestos más altos los resultados de tu área.

En general lo más que tienes que saber a estos niveles más altos es justamente Excel, una herramienta lo suficientemente sencilla para hacer cálculos no tan complejos y suficientemente compleja para poder mostrar resultados y análisis a gran escala a otras personas.

En conclusión, no dudamos que haya muchos programas súper poderosos, muy sofisticados y con muchísima utilidad para ciertas cosas, pero con todo y todo lo más seguro es que una buena parte de tu trabajo la tengas que hacer en Excel, así que date el tiempo de aprenderlo y maximizar sus aplicaciones.

¿Realmente vale la pena hacer los exámenes de la SOA?

Una de las preocupaciones más comunes que surge en los estudiantes conforme se va acercando el momento de dejar la academia es la de prepararse de mejor manera para acceder al mundo laboral y demostrar ser capaces desde el inicio. Para esto, los exámenes de la SOA / CAS siempre suenan como una buena opción, pero ¿…es esto verdad?

Recientemente hicimos varias encuestas a través de las redes sociales de El Manual del Actuario acerca de la opinión de la comunidad sobre si vale la pena hacer los exámenes de la SOA / CAS y las respuestas fueron favorables siempre hacia dichos exámenes.

Sin embargo, el día de hoy queremos desafiar esa concepción y analizar a fondo los pros y contras de seguir este camino de certificaciones.

¿Para qué sirve hacer los exámenes de la SOA / CAS?

En México para que un actuario pueda firmar reportes financieros o notas técnicas, auditar reservas o hacer proyectos de consultoría, necesita estar certificado ante la CNSF. En Estados Unidos, para que un actuario pueda realizar todas estas funciones ante el regulador de seguros, el cual es la National Association of Insurance Commissioners (NAIC), necesita ser miembro de la American Academy of Actuaries (AAA) y esta última organización quien dictamina si un individuo puede desempeñar funciones actuariales.

Ahora, ¿Cómo se llega a ser miembro de la American Academy of Actuaries? Se deben cumplir 3 cosas:

  1. Cumplir con el syllabus de educación básico (de la International Actuarial Association).
  2. Cumplir con el syllabus de especialistas y regulación (de Vida, Accidentes y Salud, Daños, etc.)
  3. Suficiencia de conocimientos a través de experiencia laboral, ética y estándares profesionales.

La SOA cubre los puntos 1 y 2 para Vida y Salud, mientras que el CAS cubre los puntos 1 y 2 para la parte de Daños. La experiencia en las respectivas industrias cubre el punto 3.

Hay algunas maneras de ser miembro de la AAA sin necesidad de cumplir con los requerimientos de la SOA / CAS y esto, además de la experiencia laboral, se puede hacer si se es fellow de las asociaciones actuariales del Reino Unido, Australia, Irlanda, entre otros, ya que la SOA, el CAS y la AAA tienen esquemas donde reconocen los conocimientos de los asociados y por el simple hecho de ser parte de alguna de estas asociaciones actuariales, se entiende que se cumple con el syllabus de la International Actuarial Association, que es lo que se busca cumplir al fin y al cabo.

El caso de México

De entrada, podemos decir que México no es parte del esquema de reconocimiento entre asociaciones, es decir, el estar certificado en México no abre la puerta a ser parte de la SOA u otra asociación de otro país. Por otra parte, es importante mencionar que el título de actuario es emitido por instituciones de educación superior y avalado por la SEP.

Así mismo, para que un actuario pueda firmar reportes financieros o notas técnicas, auditar reservas o hacer proyectos de consultoría, necesita estar certificado ante la CNSF, lo cual implica tener cierta experiencia laboral y pasar un examen de conocimientos sobre el tema en que el actuario busca certificarse. Después, para mantenerse, necesita refrendar sus conocimientos cumpliendo con ciertas horas de educación continua, las cuales se cubren con actividades extra al trabajo, como cursos, diplomados, congresos, etc.

Lo que implica hacer los exámenes de la SOA

Supongamos que quieres seguir tu camino actuarial para ser miembro de la SOA, si entramos a su página oficial y vemos los precios de los exámenes, encontramos que los precios para hacer los exámenes van desde los $5,000 MXN por intento de examen (si no lo pasas lo tienes que volver a hacer y, por lo tanto, volver a pagar). Además, tienes que considerar la inversión extra de tiempo y dinero para prepararte para cada intento de pasar el examen.

Para darte una idea, el costo de los cursos y manuales de preparación es aproximadamente el mismo que el costo del examen, tanto en las opciones presenciales como en línea. Por otro lado, para cada examen se necesitan aproximadamente 100 horas de estudio y práctica para estar bien preparado.

En este artículo ya hablamos de los pasos que hay que seguir para prepararse adecuadamente para estos exámenes.

Finalmente, se necesitan calculadoras especiales, dependiendo el tipo de examen que quieras hacer necesitarás una calculadora científica o financiera, las cuales cuestan aproximadamente $700 MXN, regularmente en todos los cursos explican cómo usarlas y aprovechar al máximo su rendimiento.

Entonces, ¿vale la pena hacer los exámenes de la SOA?

Conociendo la razón de ser de los exámenes de la SOA, la relación de estos exámenes con las instituciones Mexicanas y la inversión de tiempo y dinero necesarias para cumplir con estos exámenes, ya podemos formar una respuesta a la pregunta ¿qué tan buena idea es realizar estos exámenes?

No hay una respuesta contundente a esto, ya que si tu idea es seguir tu carrera de actuario en Estados Unidos o Canadá y tienes las posibilidades económicas para empezar a hacer los exámenes, entonces la respuesta es que sí vale la pena.

Es importante mencionar que quizás solo los primeros tres o cuatro exámenes tengan que ir por tu cuenta, ya que estos los tienes que ir completando en los primeros años de tu carrera profesional, no necesariamente mientras estudias, y usualmente las compañías interesadas en que sus empleados adquieran estas certificaciones ofrecen el apoyo para pagar los cursos y exámenes, así como dar tiempo de estudio a sus empleados. El problema es que ese tipo de compañías no abundan en México, así que si encuentras una que ofrezca ese tipo de apoyos, aprovéchalos al máximo.

Por otro lado, si tu plan no es irte a trabajar al extranjero, sino que prefieres trabajar en el mercado local, el cual también es muy atractivo; o bien, si los seguros no son algo que te apasiona y prefieres dedicarte a alguna otra rama de la actuaría aquí en México (ya que en EU y Canadá el rol del actuario está muy encasillado a los seguros), entonces la verdad es que no vale la pena que siquiera busques los exámenes de la SOA.

¿Por qué? Porque todos esos exámenes son para acreditar conocimientos que debe tener un actuario, conocimientos que previamente ya acreditaste como estudiante o no tendrías un título universitario en Actuaría. La diferencia es que esa acreditación es a través de un examen estandarizado, el cual, como cualquier examen diseñado por americanos, encuentra su grado de complejidad en el hecho de que son muchas preguntas en un periodo de tiempo limitado, en donde para cada pregunta debes analizar un caso, saber a qué tema se refiere, discernir la manera de resolverlo y saber trasladar eso a una calculadora, todo en 2 minutos o menos.

Así que lo que estarás haciendo será invertir mucho dinero y mucho tiempo para caer en la redundancia de demostrar tus conocimientos en ciertos temas por segunda vez, solo que ahora dicha validación viene en inglés y tiene el plus de que lo hiciste muy rápido. Esto es un plus para un futuro empleador ¿qué empleador no quiere una máquina de cálculos complejos que está dispuesta a sacrificar su tiempo para demostrar que sabe algo y además en inglés? Sin embargo, para crecer como actuario (y en cualquier profesión) lo que cuenta es la experiencia real.

Así que quizá sea mejor invertir ese dinero en cuestiones que harán que tu curva de aprendizaje en el trabajo sea más rápida, como lo pueden ser cursos y diplomados en lenguajes de programación (R, Python, SQL), temas selectos de la Actuaría o en softwares útiles como el viejo y confiable Excel.

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